Punta Arenas: retiran 148 mil toneladas de barro tras inundación

90 camiones y máquinas trabajan para remover el sedimento y los depósitos que dejó el desborde del río Las Minas.

por La Tercera

La tradicional tienda Tío Rico Diversión, ubicada a escasos metros del río Las Minas, perdió todo la noche del 12 de marzo, cuando el cauce se desbordó, inundando el centro y algunos barrios de Punta Arenas.

Tampoco se salvó la maquinaria de una antigua pastelería que estaba guardada en el subterráneo del local donde aún permanecen estancadas las aguas que esa noche destruyeron todo.

“No se puede recuperar. Uno ve las cosas y lamentablemente tiene que ponerlas en bolsas negras”, se lamenta Claudia Mancilla, una de las administradoras de Tío Rico Diversión.

Al igual que ella, el resto de los locatarios y familias afectadas aún trabaja para recopilar y botar los bienes inutilizables tras la inundación.

Hasta ayer eran 600 metros cúbicos de lavadoras, alfombras, colchones y todo tipo de artefactos y maquinaria depositada en el vertedero de Punta Arenas.

Claudia Delich, directora de Aseo, Ornato y Control, explica que trabajan con 12 contenedores con capacidad para 6 metros cúbicos de desperdicios, los que se llenan al menos dos veces al día. “Y todavía hay mucho por retirar, porque hay algunos vecinos que aún no han ingresado a sus domicilios o les ha costado deshacerse de sus bienes. Yo estimo que hasta fines de mes vamos a mantener este proceso”, explica la mujer.

Las cifras, sin embargo, se disparan cuando se trata de contabilizar el barro, piedras, árboles y sedimento que dejó el río en su escapada. Vladimiro Mimica, alcalde de Punta Arenas, estima que ya se han retirado 148 mil toneladas de lodo.

Por su parte el director regional de la Onemi, Fredy Rivas, explica que se trabaja con 90 camiones y máquinas para despejar la totalidad de las calles; no obstante, la autoridad estima que aún quedarían unas 70 mil toneladas por retirar.

Para la limpieza, explica el director regional de la Onemi, se establecieron cuadrillas integradas por 400 personas, las que ingresaron a trabajar mediante planes de empleo a raíz de la emergencia. A esto se suma el trabajo voluntario de jóvenes y la labor desarrollada por los propios afectados.

Para evitar los problemas sanitarios asociados a la inundación, entre los damnificados y quienes participan en las tareas de limpieza, se inocularon 3.500 vacunas contra la influenza y 800 para prevenir la hepatitis A, según afirmó la Seremi de Salud regional, María Isabel Iduya.

Las autoridades, en tanto, no se aventuran a estimar una posible fecha de término de las tareas.

“Esto produjo una afectación difícil aún de dimensionar”, afirma el director regional de la Onemi.