Reabren Teatro Novedades para celebrar su centenario

La sala cumplirá 100 años en 2013 y en abril próximo, tras seis meses de restauración, volverá a brillar como antaño.

por La Tercera

En el barrio Yungay se emplazaron desde su fundación, en 1839, importantes figuras de la política y la cultura, como José Joaquín Prieto y Eusebio Lillo. Estas familias anhelaban la vida de ciudades europeas, donde se desarrollaban actividades recreativas y se hacía uso del espacio público. En este contexto surge el Teatro Novedades, originalmente perteneciente al Círculo Español, que lo destinaba a la representación de zarzuelas y la exhibición de filmes mudos.

El teatro fue inaugurado el 7 de septiembre de 1913, con la opereta El conde de Luxemburgo. Reconstruido luego de un incendio en 1929, fue reinaugurado en 1931, fecha de la actual estructura.

A casi 100 años de su creación, la sala de calle Cueto 257, entre Huérfanos y Portales, es restaurada por la Corporación para el Desarrollo de Santiago (Cordesan) y el arquitecto y secretario ejecutivo del Centro de Estudios del Patrimonio, Nicolás Cañas.

Aunque la remodelación completa tendrá un costo de $ 500 millones, las obras de la primera etapa -que partieron en noviembre de 2011 y terminarán en abril- ascienden a $ 100 millones. El financiamiento de esta fase proviene de donaciones privadas.

El teatro se rehabilitará exclusivamente para eventos culturales, como obras de teatro y presentaciones de música clásica, ya que antes se usaba para otras actividades (espectáculos de lucha libre, rock pesado y rancheras).

La sala y su emblemática fachada neoclásica se transformarán en uno de los hitos de la Zona Típica del barrio Yungay, junto a la estatua del Roto Chileno y del circuito cultural de Santiago Poniente. “Se ubica en un punto estratégico que vinculará al barrio Brasil con Matucana, que hoy no tienen relación entre ellos. Además, así se podrán irradiar actividades culturales desde el interior del propio barrio Yungay”, explica Cañas.

El valor patrimonial del teatro, además del arquitectónico, radica en que forma parte de la identidad del sector. “Muchas parejas de acá se conocieron en este recinto durante los rotativos de películas. También fue punto de encuentro para generaciones de niños”, remata Cañas.