Puente Alto crea sistema para enfrentar crisis de agua

Será la primera comuna que cuente con pozos para abastecer de agua a la ciudad en caso de que una catástrofe interrumpiera el servicio.

por Evelyn Briceño, La Tercera

¿Qué pasaría si un terremoto dejara inutilizables las redes de agua o si una sequía extrema privara a los habitantes de Santiago de este elemento vital?

Aunque el ingeniero hidráulico de la U. Católica, Enrique Campino, cree que un escenario así es “muy improbable”, en Puente Alto prefieren prevenir. Desde noviembre de 2011 que el municipio está construyendo -con recursos propios y del gobierno regional- cuatro pozos para obtener agua del subsuelo. “Son verdaderos ríos subterráneos lo que hay acá; no simples napas”, según el alcalde Manuel José Ossandón.

Los pozos, que tendrán una profundidad cercana a los 200 m, deberán estar listos en febrero y se ubicarán en cuatro puntos diferentes de la comuna: en la Población Santa Elvira (sector Bajos de Mena), la Plaza Santa Teresa de Calcuta (Ejército Libertador con Eyzaguirre), el sector Casona Juan Estay (Pie Andino con Eyzaguirre) y en el Estadio Municipal de Puente Alto (Nemesio Vicuña 450).

El objetivo de este proyecto es proveer de agua hasta a dos millones de capitalinos (sobre todo del sector suroriente de Santiago) en caso de que el suministro de agua se viera interrumpido por una catástrofe como un terremoto o una grave sequía.

Las obras -que incluyen un sistema de cloración para consumo humano- harán de Puente Alto la primera comuna con reservas hídricas para encarar este tipo de problemas y abastecer de agua a sus residentes y los de otras comunas, como Pirque, San José de Maipo y La Florida.

Campino cuenta que siempre hubo sospechas de que en los puntos elegidos podía encontrarse agua. “En la cuenca de Santiago los pozos profundos son muy predecibles, dada la información que se obtiene a partir de los ya existentes”.

Según cálculos municipales, desde estos pozos -que tienen una vida útil de 40 años- se obtendrán 100 litros de agua por segundo, los que alcanzarían para abastecer a dos millones de santiaguinos diariamente. Esta se almacenará en recipientes subterráneos de 50 metros cúbicos de agua.

Para mantener operativas estas fuentes en tiempos de normalidad, se usarán para regar las áreas verdes de la comuna, que alcanzan los 2,5 millones de m2 y que hoy implican un desembolso municipal de $ 800 millones al año. Se calcula que con el uso de los pozos este ítem podría dismi- nuir el gasto a $ 125 millones anuales.

La etapa de diseño del proyecto fue financiada por la municipalidad, con un costo de casi $ 24 millones. Los fondos para ejecución -unos $ 800 millones- provinieron del gobierno regional.

“Esta es la comuna más poblada de Santiago y de Chile y es necesario contar con un sistema que nos permita tener agua en caso de emergencia. Además, es un proyecto estratégico si pensamos que actualmente el municipio mantiene sus áreas verdes a un alto costo. Vamos a disminuir el gasto, haciendo más eficiente el uso del recurso”, explica el alcalde Ossandón.