El impacto dura para toda la vida: ¡No mates!

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En post anteriores he comentado como la concepción estrecha que tenemos en Chile sobre las personas que tienen impedimentos físicos, como nuestra ignorancia sobre las reales capacidades de personas en esta condición son el principal impedimento para que la ciudadanía y los profesionales comprendan la urgencia que tiene el tema urbano para la vida de las personas con impedimentos motores. Por desconocer este tema pasamos por alto la urgencia de concebir ciudades inclusivas en las que todos: ancianos, personas con problemas de visión, audición, usuarios en sillas de rueda etc., puedan, al igual que cualquier ciudadano, disfrutar de los espacios y las actividades de forma autónoma y en igualdad de condiciones. Recordemos que las personas con discapacidad física no viven toda su vida en un centro de rehabilitación. Estudian, trabajan y utiliza diariamente la ciudad.

La compañía de teatro brasilera que se presentó este fin de semana en el teatro municipal de Las Condes con un circo llamado “ADN, somos todos muy iguales”. Me llamó gratamente la atención ver como la sala llena de familias y especialmente de niños rieron a carcajadas con los payasos y se deslumbraron con las acrobacias del elenco por casi dos horas mientras se trataban temas tan contingentes como la orientación sexual, el código genético, la identidad y por supuesto la diversidad física. Entre coreografías de personas con muletas y bailes de sillas de ruedas estrafalarias, el público se vio expuesto a una mirada original y sin prejuicios sobre estos temas que muchas veces son complejos de tratar o difíciles de comprender. Probablemente los padres que llevaron a sus niños al circo recuerden el evento como una tarde más en familia, pero para los niños que asistieron esa tarde, es probable que haya sido su primera aproximación directa a estas realidades en un contexto de entretención y celebración.

En Chile no acostumbramos a mirar estos temas bajo una perspectiva abierta y progresista. Hacer conciencia se pone cuesta arriba cuando vemos mensajes cargados de prejuicios en los medios de comunicación. El spot del principio de este post,  por ejemplo, pertenece al SENDA, trata sobre accidentes de transito y consumo de alcohol. Es indignante como el director sólo hace foco en las secuelas físicas del joven protagonista. La última imagen muestra al joven accidentado mirando hacia el infinito desde su cuarto, literalmente postrado en una silla de hospital sin ninguna opción de vida. Pregunto al redactor de esta pieza, ¿acaso el trauma emocional de matar a una persona no dura para toda la vida independiente de la condición física en la que acaba el protagonista? ¿Es necesario asociar la fatalidad a una silla de ruedas? Definitivamente la imagen de las secuelas físicas causadas por el accidente logran impacto en la audiencia ¿pero a qué costo?

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Nuevamente vemos como las personas, en este caso los profesionales de las comunicaciones no han logrado desmarcarse de una concepción trágica de los impedimentos físicos, centrándose en las discapacidades y no en las capacidades de las personas con movilidad reducida. Estamos frente a un viejo paradigma que no ha podido ser derrumbado, luego de 33 años emocionándonos y llorando con las historias de jóvenes y sus familias que sufren y superan los desafíos impuestos por barreras físicas, no será tarea fácil lograr que los chilenos comprendamos que el tema de la discapacidad física no es un motivo para sentir lástima, como tampoco es un asunto de caridad dos días al año, sino que es una realidad interesante y un tema de derechos civil en el que cada persona tiene el derecho a desarrollar sus potencialidades y disfrutar de su ciudad sin barreras y en igualdad de condiciones como cualquier ciudadano que paga sus impuestos.

Gracias a la compasión cientos de niños logran rehabilitarse diariamente, pero la sociedad se mantiene ignorante pensando que la misión se cumple de forma pasiva, metiendo la mano al bolsillo. La realidad es otra, las barreras sociales y arquitectónicas seguirán existiendo los 363 días del año restantes y lo que se necesita es una sociedad conciente que aborde los temas contingentes con ACTITUD y perspectiva. Señora, señor; no sirve de nada que llore y donde dinero si luego cuando va al supermercado usted se estaciona en el lugar para personas con movilidad reducida y cuando le piden que por favor saque su auto del lugar usted responda “si voy y vuelo”.