Espacio que reúne a la cultura y a las artes impacta en la comuna de Alto Hospicio

A siete meses de su inauguración:

Moderno edificio dispone de talleres, donde niños y jóvenes encuentran un sitio de aprendizaje y esparcimiento.

Davied Jaime Godoy (El Mercurio)

Alto Hospicio tiene un índice de pobreza del 16,3%, y sus habitantes en riesgo social sienten que viven marginados, como en un negro lunar en el desierto. Sin embargo, esta percepción ha comenzado a cambiar a través de la cultura y las artes, que ahora se reúnen en el Centro Cultural de Alto Hospicio, inaugurado hace siete meses.

Aunque estudia en el colegio San Antonio de Matilla, justo enfrente del moderno y llamativo edificio, Catalina Fernández (9) recién se atrevió a cruzar la calle y entrar al recinto. “No sabía qué era, pero es muy lindo y lo pasamos muy bien”, dijo tras participar en una de las actividades del Mes Audiovisual.

Talleres de música, danza, ballet, joyería étnica y teatro, además de un proyecto audiovisual que los engloba a todos, es la oferta de este nuevo espacio. El financiamiento está a cargo del municipio, y a través de fondos culturales regionales se aprobaron $35 millones, que servirán para su implementación.

El proyecto surgió en 2009 y fue inaugurado en marzo por el ministro de Cultura, Luciano Cruz-Coke, siendo parte de una red de infraestructura cultural nacional, que contempla la construcción y rehabilitación de cinco teatros regionales (Iquique, Coquimbo, Rancagua, Concepción y Punta Arenas); y 49 centros culturales a lo largo del país.

“Conocemos los enormes beneficios que obtiene una comunidad cuando las artes y la cultura se instalan en su corazón, más aún para Alto Hospicio, que no contaba con un espacio donde conocer y vivir la cultura”, señaló Cruz-Coke.

El centro ha generado una verdadera revolución cultural. Así lo estima Sebastián Escobar (28), quien dirige un taller de teatro con 26 alumnos de entre 8 y 19 años, con quienes se encuentra preparando su segunda obra.

Yerko Quiroz (11), estudiante del Liceo Juan Pablo II, es uno de sus alumnos. “El taller me ha servido para superarme. Antes era tímido. Ahora lo paso bien y además aprendo”, explica.

$926 millones fue la inversión de este centro en Alto Hospicio.

2 mil m2 tiene la imponente construcción.