Nuevas comunas: ¿Son realmente necesarias?

Imagen vía Plataforma Urbana

Hace un par de días, y con motivo del próximo aniversario de las 17 comunas más jóvenes de Santiago (Lo Barnechea, Vitacura, Cerro Navia, Lo Prado, El Bosque, La Pintana, entre otras) el presidente de la Asociación Chilena de Municipalidades, Raúl Torrealba (Alcalde de Vitacura), señaló al Mercurio que sería bueno revisar los límites de las comunas más pobladas de la capital, La Florida, Maipú y Puente Alto, debido a su explosivo crecimiento.

Es verdad, el crecimiento de estas comunas ha sido desorbitado. Según el INE, en los últimos años Maipú ha crecido en un 48%, Puente Alto en un 41% y La Florida en un 4%. Lo que se traduce en que, el número actual de habitantes de cada comuna es el siguiente: Maipú: 478.971; Puente Alto: 505.434; La Florida: 383.549 habitantes.

Según Torrealba, es bueno evaluar la situación de estas tres comunas debido a su gran cantidad de habitantes, ya que según su experiencia, en una comuna con 100 mil o un máximo 200 mil habitantes es más fácil llegar directamente a los vecinos y a los problemas de la comuna. Pero, pienso que también es bueno evaluar ¿Con qué criterios se forman las comunas en Chile? A mi juicio, creo que es fundamental establecer parámetros, requisitos y situaciones que debe cumplir cierta comunidad para conformar una comuna. Porque, a simple vista, me parece que decretar una comuna sólo por el criterio de la cantidad de habitantes, con los estudios técnicos correspondientes, es, por decirlo menos, bastante poco serio.

El origen de cualquier comuna, que antiguamente se limitaba a razones geográficas y condiciones naturales, debiera además considerar en profundidad factores económicos, geopolíticos, recursos naturales, vías de comunicación, servicios y posibilidades reales de satisfacer las necesidades de sus habitantes (trabajo, educación, salud, áreas verdes).

De hecho, la creación de una nueva comuna, quizás no debiera ser una decisión unilateral, sino una decisión ciudadana, poniendo el tema sobre la mesa, discutiendo los intereses de la población, los intereses políticos y la conveniencia regional y nacional. Y, finalmente, luego de la aprobación de los estudios técnicos que corresponda (pre-establecidos con anterioridad) debiera decretarse una nueva comuna.

Quizás se me quedan muchas cosas en el tintero, pero lo importante, sin duda, es invitar a la discusión y debate acerca los criterios y cómo se están conformando las nuevas comunas en Chile.