Nuevo subsidio a viviendas sociales: premios al ahorro y menos protagonismo de intermediarios

Subsidio de Elección Solidaria sucederá al Fondo Solidario de Vivienda en diciembre:

El diseño permitirá postular directamente al Serviu, sin la cuestionada participación de las EGIS. Busca atacar el hacinamiento y la especulación con los terrenos.

Por  Manuel Fernández Bolvarán (El Mercurio 3/4/2011)

Luego de que en junio el Ministerio de Vivienda reformara su línea de subsidios a la clase media, la cartera alista la entrada en vigencia de su segundo gran ajuste a la política habitacional: la transformación del Fondo Solidario de Vivienda (FSV), destinado a las familias de mayor vulnerabilidad social, en el nuevo Subsidio de Elección Solidaria (SES).

“Esta es la clave para poder resolver el déficit habitacional”, afirma el ministro Rodrigo Pérez Mackenna. Los cambios están contenidos en el decreto supremo 49 (DS-49), que se encuentra hoy en las últimas fases de su tramitación.

“Esperamos que esté promulgado en diciembre”, dice el secretario de Estado.

Las modificaciones se pueden resumir en cuatro ejes, de los cuales el primero apunta a empoderar a los beneficiarios de los subsidios para vivienda sin deuda. A contar de diciembre, dejará de ser obligatorio que las familias postulen a través de las entidades de gestión inmobiliaria social (EGIS) y podrán acudir directamente al Serviu. Se pone fin así a una cuestionada intervención forzosa.

“El mecanismo actual es bastante rígido para las familias. Muchas constructoras tienen su EGIS y tienen sus terrenos, así que las posibilidades de elección para esos comités francamente no son muchas”, explica Guillermo Rolando, jefe de política habitacional del Minvu. Con los cambios, la idea es agilizar los procesos y reducir el margen para eventuales malas prácticas.

Tampoco será obligatorio postular con un proyecto armado, y el subsidio se entregará de forma tal que permitirá a las personas escoger con mayor libertad las características de sus viviendas (ver nota relacionada).

Contra el hacinamiento

El segundo eje es tender hacia una mejor focalización de las ayudas. “Si se va a entregar un subsidio, queremos que llegue a las familias que realmente las necesitan y que las ocuparán. No queremos ver viviendas vacías o en arriendo”, enfatiza Rolando.

En concreto, para entrar al proceso de postulación al SES se seguirá usando como criterio el puntaje en la Ficha de Protección Social. Sin embargo, al “ordenar la fila” entre los eventuales beneficiarios se priorizará a los grupos familiares grandes y a quienes vivan en condiciones materiales más precarias.

El hacinamiento es uno de los principales temas por resolver. Para ello, las casas adquiridas con el SES tendrán un mínimo de 42 m {+2} y no los actuales 38 m {+2} (para departamentos se mantiene el piso de 55 m {+2} ). Estas dimensiones, explica Rolando, “funcionan bien para hogares de tres o cuatro miembros”. Sin embargo, si hay cuatro personas y una de ellas es un adulto mayor, o si hay más de cinco integrantes, automáticamente el subsidio aumentará en 70 UF, lo que permitirá agregar una habitación adicional.

Si en el hogar hay una persona discapacitada que requiere sillas de ruedas, el fondo crecerá en 80 UF para ampliar pasillos o dar espacio para los giros.

La tercera novedad es que habrá incentivos al ahorro adicional que hagan las familias, por sobre las 10 UF mínimas que se piden. Si añaden 10 UF más, el Estado las premiará con 15 UF. Y si el aporte extra de los hogares es de 20 UF, el premio será de 25 UF.

“La lógica es que los vecinos puedan decir: ‘Tenemos un monto extra, así que mejoremos el proyecto… Pongámosle balcones al edificio y más luminarias públicas'”, ejemplifica Rolando.

Por último, el cuarto eje apunta a evitar la especulación con los terrenos y fomentar la construcción en zonas rurales, donde los costos son más altos.

“Con la norma actual, tenemos 130 comunas a las que nos ha costado bastante llegar, porque los montos del subsidio son bajos, y se ha producido un efecto no deseado, que es una migración campo-ciudad forzosa”, subraya el jefe de política habitacional.

Ambos temas se abordarán estableciendo montos de subsidio diferenciados por comuna, sobre la base de la información histórica de los costos de edificación. Así, en una comuna rural como Galvarino, el monto podría pasar de las actuales 394 UF a 490 UF (ver infografía). Esto generará un aumento en los montos promedio de los subsidios entregados.

30 mil

subsidios para sectores vulnerables se entregarán este año en el país.

“Este nuevo decreto empodera a las familias e incluye mejoras que nos van a permitir atender realmente a los más vulnerables y así evitar errores del pasado como las casas vacías”.

RODRIGO PÉREZ MACKENNA

MINISTRO DE VIVIENDA

“Esto forma parte de un proceso de mejoras continuas a la política habitacional. No es una reingeniería completa, pero es un cambio bastante profundo y relevante”.

GUILLERMO ROLANDO

JEFE DE POLÍTICA HABITACIONAL, MINVU

Compartimentos estancos

Hasta ahora, el subsidio para las familias más pobres se compone, básicamente, de tres montos: un aporte base, otro para equipamiento y un tercero de localización. Guillermo Rolando, del Minvu, hace ver que funcionaban como “compartimentos estancos” rígidos, sin opciones de trasvasije.

Así, por ejemplo, si la familia no usa completamente el subsidio de localización (hasta 200 UF) para costear su terreno, el excedente no puede usarlo, por ejemplo, para mejorar el tamaño de la casa.

“Eso generó mucha especulación con los valores de los terrenos, para acercarlos lo más posible a las 200 UF. Así, muchos de los beneficiarios con el subsidio de localización fueron los dueños del terreno, las EGIS o incluso las constructoras en casos puntuales”, explica.

Con el DS-49 eso cambia y el subsidio pasa a ser uno solo, sin subdivisiones. “Eso da más poder a la gente, porque si las personas negocian mejor el precio del terreno, la diferencia va a ser para ellos y la podrán invertir en mejorar su casa”.

Expertos UC valoran cambios

“El modelo actual, en el que hay que postular obligatoriamente con un proyecto, les quita opciones a las personas”, afirma Marcos Singer, académico de la Escuela de Administración de la UC. Junto a los expertos Pedro Traverso y Marcos Sepúlveda han seguido de cerca los cambios que prepara el Minvu y dispusieron un análisis en el marco del concurso “Propuestas para Chile”, que organiza el Centro de Políticas Públicas del plantel católico.

Desde su perspectiva, si las personas reciben el subsidio y luego pueden escoger el proyecto (como se podrá hacer ahora), tendrán opciones de elegir más libremente, privilegiando las características que más les interesen.

“Este decreto es un gran avance y es necesario que el Estado tenga un rol de promover que las personas cuenten con la opción de escoger entre más de un proyecto”, afirma.

Guillermo Rolando responde que las opciones para elegir aumentarán en las zonas urbanas. “Pero, siendo realistas, es probable que en una comuna como General Lagos siga habiendo sólo un proyecto. Sin embargo, lo más probable es que, con las nuevas condiciones, ese proyecto sea de mejor calidad que lo que se ofrece hoy”, aclara.