Diseño urbano con criterios medioambientales ¿En que estamos en Chile?

@texidozlatar

Colaborador invitado: Manuel Novoa Tonda, Arquitecto U.Central, Máster Diseño Bioclimático UPC Barcelona.

Por estos días, entre las confecciones y términos de Planes de Reconstrucción para ciudades y poblados, vemos como se van cumpliendo etapas de un proceso altamente debatido, entre éxito o deficiencia según desde donde se emite el juicio, pero que representa una oportunidad cierta de corregir sin repetir errores cometidos. El interés institucional sobre estos temas se instala incluso con recientes llamados a concurso desde ámbitos supra-nacionales, pero independiente de ello, el tiempo pasa y la gente comienza exigir con mas fuerza el cumplimiento de los compromisos. Las aglomeraciones afuera del Ministerio son uno de los reflejos del complejo panorama de las nuevas estrategias y de este mismo proceso de reconstrucción.

Al histórico déficit habitacional de Chile, se suman las familias afectadas por el terremoto, que en total suman  aproximadamente  150 mil viviendas. En los próximos años habrá que materializar un alto número de viviendas sociales definitivas, dentro de las ciudades afectadas por el terremoto, y en las periferias urbanas de todo Chile, como ha sido el modo habitual de los últimos años.

Kronsberg en Hannover, Alemania

Profundizando en el crecimiento urbano en Chile, observamos las ciudades del norte centro y sur del País, comprobando que crecen por macro proyectos de vivienda social que se van anexando en dependencia del límite urbano existente.  Los conjuntos o poblaciones van integrándose a la ciudad por medio de calles y avenidas que se alargan para alimentar a las poblaciones de viviendas. La forma de distribuir las viviendas en el territorio anexado o reciclado, es aleatoria a las condiciones ambientales del territorio y presenta habitualmente deficiencia en áreas verdes consolidadas, equipamientos de salud/educación y conectividad de transporte público.

En el ámbito de la energía y el urbanismo sustentable, en Chile solo existen avances en la reglamentación térmica para la envolvente de las viviendas. No hay normativas o incentivos que generen desarrollos urbanos con criterios medioambientales, que podrían por ejemplo orientar de acuerdo al recorrido del sol y de los vientos las poblaciones que se van generando en las ciudades. Es decir, todavía tenemos oportunidad de construir enormes conjuntos de viviendas que quedan con sus recintos habitables mal orientados, lo que es una ineficiencia energética que no se compensa aún con la reglamentación térmica nacional.

Dongtan en Shangai, China.

Dongtan en Shangai, China.

Revisando otras experiencias, los avances internacionales en esta materia dan como referencia los casos construídos de Solar City en Linz (Austria) y Kronsberg, en Hannover (Alemania), las iniciativas españolas que están en construcción en Valdespartera (Zaragoza) y Sarriguren (Navarra) y los proyectos mas publicitados que aún buscan opciones de materialización en Abu Dhabi (Emiratos Arabes) y Dongtan (Shanghai, China).

Para avanzar en esta línea de trabajo un equipo de  arquitectos y urbanistas desarrolló una innovadora investigación que se prepara para ser publicada en formato papel, realizada entre la Universidad Politécnica de Catalunya y la Universidad Central de Chile. El foco de trabajo fue el Biourbanismo, concentrándose en determinar modelos urbanos que se basaran en la orientación solar y eólica de las calles y tipologías de viviendas, para generar un urbanismo sustentable y eficiente en el ámbito de la energía de las diversas zonas climáticas de Chile.

Sarriguren en Navarra, España

El resultado de la investigación comprueba con modelaciones energéticas que al orientar las calles y avenidas, el primer acto compositivo del urbanismo, los conjuntos de viviendas que luego son construidos de acuerdo a diversos formatos, pueden obtener ahorros de hasta un 50% en el consumo energético.  En las ciudades de Santiago y Alerce, Puerto Montt, se comprobó técnicamente que la diferencia en la orientación de la trama urbana y su edificabilidad arquitectónica son claves urbanas fundamentales si se tiene a la eficiencia energética como principal vector de diseño.

Para la ciudad capital de Chile con 6 millones de habitantes, los datos técnicos del modelo urbano más común de esta ciudad -baja compacidad-, “al orientar la trama urbana a 45° norte obtenemos 127.000 WH/M2 más que en las otras orientaciones, llegando a un promedio anual de 992.000 WH/M2”, es decir casi un millón de WH. Todavía no tenemos la tecnología y el financiamiento para aprovechar esa cantidad de energía con colectores solares fotovoltaicos para generar electricidad, por ejemplo, pero en unos años más quizás si sea viable incorporarlos en los revestimientos verticales y horizontales de nuestras edificaciones. Sobre las viviendas, equipamientos y en los espacios públicos.

Solar City en Linz, Austria.

Normas y estándares:

Desde el Estado, la inclusión de certificaciones en la edificación y la aplicación de la nueva norma, junto a la confección de nuevos planes de reconstrucción post terremoto podrían considerar estos criterios. Sumemos a ello Chaitén, Tocopilla y nuevas extensiones urbanas (Zoduc, Cerrillos, nuevo límite urbano PRMS) donde hay oportunidad de aplicar experimentalmente las primeras propuestas.

La investigación en Biourbanismo plantea una propuesta de recomendaciones de diseño por zona climática y densidad habitacional, determinando variables que van desde la orientación de la trama urbana, el ancho de calles promedio, la altura de la edificación, las sombras arrojadas en el espacio público y la cantidad de energía solar incidente en la fachada urbana. Los resultados parciales de esta investigación fueron expuestos junto a otras iniciativas a nivel mundial, en el último Congreso ENERGY FORUM en Italia.

Durante el presente año los equipos del Ministerio de Vivienda han planteado analizar la confección de un posible manual con estas estrategias, pero la prioridad del terremoto ha desplazado las fechas. Tal vez sea una oportunidad  incluir estas recomendaciones de urbanismo sustentable en este momento de la reconstrucción. Un paso posible hacia la sustentabilidad a gran escala, sin duda necesaria en un futuro donde toda medida individual y colectiva, será necesaria para la disminución de los impactos en la ciudad y el medio ambiente.