Josep María Lahosa, director de seguridad del Ayuntamiento de Barcelona: “Las ciudades segmentadas socialmente generan un ambiente de mayor inseguridad”

(El Mercurio, 11/05/2010)

Experto visitó Chile y dio una mirada sobre la realidad santiaguina.

 En su currículo, el director de servicios preventivos del Ayuntamiento de Barcelona, Josep María Lahosa, sobresale como un entendido en pandillas juveniles, bandas de asaltantes y varios otros fenómenos que periódicamente golpean la calidad de vida en las grandes ciudades.

El funcionario catalán vino recientemente a Chile, invitado por el municipio de Peñalolén, para exponer en un seminario de seguridad municipal. A la luz de las características de Barcelona, una ciudad cuatro veces más pequeña que la capital chilena, pero con noventa millones de visitantes cada año, explicó a “El Mercurio” cuáles son las condiciones que fomentan la inseguridad urbana.

-¿Qué está pasando en Barcelona en cuanto a su seguridad?

“En los tres últimos años, el índice de delitos tiene una leve tendencia a la baja -de 21 a 20%- según la última encuesta. Lo que afecta a la sensación de seguridad es la presión del turismo. En Barcelona vive 1,5 millón de personas en apenas 100 km {+2} . Eso implica que hay actividad constantemente en todas partes de la ciudad.

“Los hurtos están creciendo, pero están bajando los robos a los autos”.

-¿Qué medidas han tomado para enfrentar esos problemas y que podrían servir en Santiago?

“Barcelona es la ciudad mediterránea clásica, donde al lado de la residencia están el pequeño comercio y las oficinas. Aquí en Santiago, en cambio, está todo mucho más segmentado. Si bien dar recetas sería una desfachatez de mi parte, lo que puedo ver es que en Cataluña no existe el modelo del condominio, cosa que en Santiago es muy común. A las seis de la tarde, ningún barrio de Barcelona está cerrado, porque siempre hay restaurantes y pequeños bares funcionando. Esto genera una sensación de seguridad en la gente, porque las calles no están desiertas”.

-¿Qué consecuencias genera esa segmentación?

“Facilita, sobre todo, la acción de las pandillas juveniles, que copian el modelo de bandas de los Estados Unidos. Las ciudades segmentadas generan más inseguridad. En cambio, una urbe cohesionada es el antídoto de la ciudad insegura”.

“Por ejemplo, en el barrio La Mina, que es el peor de Barcelona, se está construyendo el nuevo campus de la Universidad Politécnica, con la idea de minimizar la segregación social”.

-En Chile, la seguridad municipal no cuenta con atribuciones especiales. ¿Cómo funciona el sistema allá?

“En Cataluña, cada ciudad con más de 5.000 habitantes puede tener policía municipal armada, que depende del alcalde. En nuestra ciudad hay 2.600 guardias urbanos, que pueden detener gente e investigar. Han aprehendido, incluso, a asaltantes de bancos y a terroristas”.