Agoniza el comercio en histórica calle Serrano

W(El Mercurio, 2/2/2010)

Dos años estancada lleva una demanda de daños compensatorios por $6.500 millones en contra de Chilquinta y Gasvalpo. Según agrupación de comerciantes, la actividad económica del sector habría disminuido en un 90% desde febrero de 2007. Por Francisco Sandoval

A tres años de la explosión y posterior incendio en la calle Serrano de Valparaíso, los pequeños empresarios del sector dicen que no han logrado repuntar. La que fue la primera calle comercial que existió en el país hoy vive un progresivo cierre de sus locales.

Según cifras de la agrupación de locatarios del sector, desde 2007 más de 60 comerciantes emigraron del lugar y la actividad económica cayó en 90%, con pérdidas estimadas en $200 millones mensuales.

“Antes había que esperar que muriera uno para lograr un local, y ahora hay de sobra”, dice Moisés Gutiérrez, dirigente de la agrupación.

La explosión de de gas del 3 de febrero de 2007 causó cuatro muertes y 17 lesionados, destruyó cuatro edificios y obligó al cierre por casi un año de 72 locales comerciales.

Esto llevó a los locatarios a presentar una demanda contra las empresas GasValpo y Chilquinta, exigiendo el pago de $6.500 millones por los daños.

La demanda está estancada desde el año 2007. “Hoy la mayoría de los comerciantes de esta calle están enfermos, con deudas o en Dicom. Hay gente que ha muerto esperando esa compensación”, dice Gutiérrez.

Mientras tanto, los comerciantes se las arreglan. La panadería “Ricopán”, salió a buscar clientes a otros sectores, y “Confecciones Andrea Maraboli” pasó de hacer uniformes a elaborar prendas que antes tenían las boutiques de la calle. “Es parte del ingenio que debe tener el comerciante para sobrevivir”, dice su dueño, José Maraboli.

Locatarios: la inversión es insuficiente

El Ministerio de la Vivienda invirtió $300 millones en la rehabilitación de la calle emplazada en el casco histórico de la ciudad. Se instalaron adoquines de piedra en la calzada y se reconstruyeron las veredas, buscando un símil con la arquitectura del siglo XIX. Además, se colocaron luminarias con cableado eléctrico subterráneo

Sin embargo, para varios de los locatarios de la calle esto es insuficiente. “¿En qué nos beneficia? En nada”, afirma Gladys González, dueña de la Panadería “Ricopán”.

Su principal reclamo es que, pese a las promesas, no reciben regalías crediticias ni facilidades impositivas que detengan el progresivo estancamiento de la actividad comercial de la calle.