Cerro Concepción es emblemático para inmigrantes

(La Tercera. 17/10/2009)

cerro concepciónLos visitantes que llegaban al puerto de Valparaíso durante el siglo XIX coincidían en que la ciudad era una “pequeña Europa”. Los inmigrantes, principalmente europeos, habían poblado los cerros Alegre y Concepción, replicando la arquitectura, el diseño y las costumbres de sus tierras natales, conformando así una sociedad cosmopolita en torno al emergente comercio.

Ese legado aún es visible en las estrechas calles del Cerro Concepción, donde se asentaron los colonos alemanes e ingleses, en amplias viviendas con vista al mar. Por ello, los vecinos del sector idearon un proyecto, denominado “Plaza del Inmigrante”, que será financiado por el gobierno regional, como homenaje a los extranjeros que impulsaron el desarrollo de la ciudad puerto.

“Ellos trajeron una tipología de arquitectura que dialogaba con la topografía del lugar. Los antejardines amplios, por ejemplo, no existían en Valparaíso o la instalación de viviendas de una calle a otra, con entradas diferenciadas para los propietarios y la gente de servicio que aún se conservan, son propias de esa época”, explica Paulina Kaplán, coordinadora de la oficina de gestión patrimonial de la Municipalidad de Valparaíso.

En los materiales de las viviendas también se puede apreciar la herencia europea. Los ingleses trajeron la calamita, que fusionaban con el adobillo y madera, para impermeabilizar las construcciones, técnica que se expandió a los cerros porteños.

Tras asentar sus residencias, atrajeron al barrio sus cultos. La colonia británica fundó la primera iglesia anglicana en 1854 y más tarde lo harían los inmigrantes alemanes con la iglesia luterana, en el corazón del Cerro Concepción.

Los mismos capitales europeos financiaron la construcción del primer funicular de Valparaíso, que recorre el cerro desde la calle Esmeralda hasta el Paseo Atkinson. Nació así el ascensor Concepción, en 1883, como un sistema que los transportaba hacia sus labores en oficinas de la Bolsa, bancos, negocios, colegios y clubes que fueron fundando.

“Se replicó, además, su costumbre de tomar té a la hora de once, una costumbre muy propia de los ingleses y de Europa que fue adoptada por los porteños”, añade Kaplán.

El intendente de Valparaíso, Iván de la Maza, explicó que solicitó al cuerpo consular instalar en el sitio una obra de arte que represente el aporte de los colonos. Además, se impulsará un proyecto de energía solar para iluminar el sector.