¿Chile necesitará 3 veces más de energía para el 2030?

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Imagen vía Flickr por gabyu

Según La Tercera, el consumo de energía se triplicará al 2030, aludiendo a un estudio de la Universidad de Chile que señalaría que nuestras fuentes energéticas se quedarían cortas para 21 años más.

Con algo de desconfianza ahondé en el mencionado estudio encontrando una nota de prensa en la que el matiz en algo diferente: Chile debe prácticamente triplicar su capacidad energética para 2030 haciendo hincapié más bien en la necesidad de contar con políticas energéticas eficientes y diversificadas para enfrentar nuestra alta dependencia de energía externa, tanto a nivel de generación de electricidad como de combustible para transporte e industria.

Fuera de las suspicacias del titular, me parece extraño la nula mención a la eficiencia energética y al desacople de crecimiento económico y demanda energética.

Crecimiento económico y consumo energético en Chle y países desarrollados

Gráfico comparación consumo electricidad y crecimiento en Chile y países desarrollados. Se aprecia que en el caso de los países desarrollados el crecimiento económico se separa del crecimiento de la demanda energética tras la crisis petrolera de los años 1973 y 1974, ésto no ocurre en países subdesarrollados como Chile, donde ambos indicadores van “acoplados” y varían juntos. Fuente: Chile Sustentable.

Chile en ningún caso debe triplicar su producción de energía, sino más bien debe hacer un uso cada vez más eficiente de ésta y desligarce así de los factores externos que amenazan su política energética. Esto es un asunto de seguridad nacional que otros países como EE.UU. se toma muy en serio, manteniendo por ejemplo, reservas de petróleo con el fin tanto de amortizar el precio del crudo, como asegurar parte de su demanda con un resplado interno. Si bien la necesidad de energía está siempre en aumento, no es trivial el qué tanto por ciento más necesitamos, ya que para muchos la demanda de energía se encuentra siempre en correlación con las cifras de crecimiento sin posibilidad de desligar una de otra.

Sin embargo nuestros vecinos de California han demostrado que el desacople entre las cifras de crecimiento y demanda energética sí es posible.

La Comisión de Energía de California fue creada en el año 1975 por el entonces gobernador Ronald Reagan, cuenta actualmente con un presupuesto de 300 millones de dólares anuales y se encarga de velar por las políticas energéticas para un estado de alrededor de 35 millones de habitantes.

Su origen estuvo en una de las crisis del petróleo durante la década de los ’70, cuando se elevó la demanda energética a cifras en torno al 7% anual. Ante esto y debido a que la matriz energética de California se encontraba compuesta por ese entonces de un 75% por petróleo y sólo un 25% por plantas hidroeléctricas la crisis elevó los precios y generó incertidumbre ante como seguir enfrentando este problema.

Las empresas productoras de electricidad demandaron entonces que se diera el vamos a la alternativa nuclear y de generación a través de plantas de carbón, mediante licencias gubernamentales que permitieran sortear la oposición ciudadana a estas alternativas.

La comunidad ambientalista, muy fuerte en aquel estado, propuso en cambio encargar estudios privados que revelaran el real estado de la demanda y oferta energética proponiendo en vez de un aumento de la oferta energética mayores estándares de eficiencia y calidad en el uso de ésta, principalemente en la construcción, transporte, electrodomésticos e iluminación.

En 1977 se acogió la iniciativa presentada por los grupos ambientalistas, en base a estándares de eficiencia actualizables cada 5 años. Durante el mandato presidencial de Reagan y dado el éxito de tal iniciativa, estos estándares fueron aplicados a la totalidad del país.

energy-graf-subcLa consecuencia de la implementación de una política de eficiencia energética en vez de sólo un aumento de la oferta, provocó que la demana de energía bajara del 7% anual a cifras en torno al 2%. Esto sin afectar el crecimiento, el cual se situó entre 3 y 4 por ciento. Las centrales nucleares y a carbón -tildadas de inevitables por las compañías eléctricas- no fueron necesarias y se cubrió el 75% del aumento de la demanda a través de las políticas de eficiencia energética. El resto se sorteó con centrales de energía renovable tales como eólicas, solares, de biomasa, geotérmica, etc. Incluso se dejaron de construir centrales hidroeléctricas dado que su acumulación de sedimentos y daño a las cuencas eran un alto costo a pagar.

Más y más medidas se han tomado en California desde la implementación de la comisión y su política de eficiencia energética causando que en 30 años la demanda de energía por habitante en California haya aumentado sólo de 4 mil kw/hr a apenas 7 mil kw/hr, mientras que en el resto del país se sitúa alrededor de los 12 mil kw/hr. El New York Times le dedicó un completísimo artículo donde entre otras cosas se señala que es uno de los estados que menos gasolina utiliza por habitante.

Esto demuestra que no sólo es posible sino necesario desacoplar el crecimiento económico de la demanda energética a través de políticas claras y tendientes a generar un ahorro, y no a elevar la oferta a través de la construcción de más y más centrales.

Otro punto es la altísima demanda de petróleo que implicará los cerca de 6 millones de vehículos al 2030, contando que hoy sólo tenemos unos 2 millones de vehículos circulando. Este problema puede tener una solución llamada BetterPlace.

Fuentes:
Modelo de Proyección de una Demanda Energética Nacional de Largo Plazo

Artículo de La Nación en ChileSustentable.net