Favela sustituye muros por eco-senderos

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La polémica decisión de levantar un muro de hormigón para contener la deforestación producto del crecimiento espontáneo de la favela Rocinha, ha sido reemplazada por un nuevo concepto de barrera. La propuesta consiste en trechos de senderos ecológicos que se extenderían perimetrales a la favela entre la espesa vegetación que la rodea. Se trata de dar un nuevo espesor a los límites, convirtiéndolos en ejes de encuentro, sociabilidad e intercambio. Plazas para niños, pistas de patinaje, barandas para personas con limitaciones de movilidad, son algunas de las proyecciones que pretenden revertir la connotación separatista de una barrera ecológica.

Los morros cariocas donde se alzan las favelas, forman parte del terreno vegetativo del Bosque Atlántico, el más importante de los biomas brasileños. Debido a sus variaciones ambientales extremas, ha alcanzado un alto nivel de biodiversidad, acogiendo cerca de 250 especies de mamíferos y más de 1.000 pájaros y 20.000 árboles. La preocupación por su deforestación no se asocia exclusivamente a la expansión de las favelas, sino que también por parte de viviendas de altos ingresos que se alzan en estos sitios escarpados. En ambos casos, la construcción irregular y no medida ha aumentado inundaciones y deslizamientos de tierra en sus laderas.

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Las medidas de fiscalización de las nuevas construcciones no han sido efectivas, dado que durante el silencio de las noches, se transportaban materiales y levantaban nuevas viviendas informales que expandían la colonización de los morros.

1211267585_favela_muro.jpgSobre la primera medida que se presumía correctiva, ya se ha escrito en Plataforma Urbana

: se trató del polémico muro de la discordia, que pretendía contener con sus tres metros de altura, la expansión espontánea de la favela. Criticos aseveran que la propuesta de un muro impenetrable se traduciría en agujeros sociales, acarreando problemas de estigmatización, convivencia e integración. Junto con tratarse de una medida separatista, aumentaba la percepción de inseguridad en el interior de las favelas, acentuando desigualdades.

Los representantes de la favela La Rocinha y el gobierno de Rio de Janeiro finalmente llegaron al acuerdo de sustituir el muro por los senderos ecológicos con sus parques asociados. En este discurso, los paredones se alzaran solamente en zonas con riesgo de deslizamientos. A pesar de que ambas medidas buscan contener la expansión urbana, el sendero apela a la vocación ecológica del morro, vinculando la favela con su entorno natural. Programas como Favela Barrio han demostrado que los espacios claves de intervención son justamente los límites, tanto con la ciudad formal como con el entorno natural que rodea a los asentamientos informales. En este sentido, a pesar de que comparten un fin de contención, contrasta el polémico muro que encerraba a los favelados con el eco-sendero, herramienta que permite reducir los impactos al aproximarse a una nueva definición de una barrera natural.