Llegada del gas natural licuado a Chile

(La Tercera. 2/07/2009)

Con la puesta en marcha de la planta de Quintero, el país avanza hacia una mayor diversificación, al contar con una provisión de gas con múltiples oferentes.

El martes llegó a Quintero, luego de casi 30 días de travesía, el primer barco que transporta gas natural licuado (GNL) para la planta de regasificación construida en esa localidad y que significó una inversión de casi US$ 1.100 millones. Este proyecto -cuyos socios son Enap, Metrogas y Endesa- busca abastecer de este combustible a la zona central del país, y fue iniciado en la administración anterior.

Desde que en 2004 comenzaron los problemas en el suministro de gas natural desde Argentina, surgió la necesidad de diversificar la matriz energética y evitar los problemas que la inestabilidad en ese suministro estaba generando para el aparato productivo e, incluso, para el uso residencial. Por eso, la concreción de este nuevo proyecto es un avance muy importante en esa dirección.

Es indiscutible la relevancia que tiene para el país contar con un suministro energético suficiente y estable, por lo que su aseguramiento debe ocupar un lugar prioritario en la atención de las autoridades. Sobre todo, considerando que cualquier limitación energética puede convertirse a futuro en un severo obstáculo para el crecimiento económico.

Por ejemplo, en la última década la demanda de energía eléctrica creció casi un 7,6% anual, casi el doble del crecimiento económico promedio, y se estima que la tendencia seguirá en alza. De acuerdo con las estimaciones de especialistas, para que Chile crezca a un ritmo del 6% anual deben agregar 7.500 megawatts a su producción energética en los próximos 15 años. Esto abre un escenario de importantes desafíos para que el país disponga de los recursos energéticos suficientes.

Uno de ellos es superar la dependencia que Chile mantuvo del suministro argentino, a partir del acuerdo de cooperación firmado en 1997 por los gobiernos de ambos países. El ahorro de costos que motivó esta operación se transformó luego en un problema cuando la provisión de gas disminuyó progresivamente hasta llegar a los cortes totales de 2007, que afectaron gravemente a las plantas que se habían reconvertido a este combustible.

En este nuevo escenario, las industrias debieron buscar fuentes alternativas como el carbón y el diésel, especialmente para la generación eléctrica, lo que conllevó aumentos de costos importantes y el empeoramiento en la contaminación ambiental, que se había visto disminuida por el uso de gas natural.

Ahora, con la puesta en marcha de la planta de Quintero, el país avanza hacia una mayor diversificación, al contar con una provisión de gas con múltiples oferentes. La llegada del GNL también le permite disponer de una fuente de energía más limpia que combustibles como el carbón y el diésel, cuyo uso se había masificado en el sector industrial.

Comrades divx

Las autoridades han promovido la rápida reconversión de las industrias al GNL, con el propósito de mejorar las condiciones ambientales y, probablemente, para que se utilice y financie la infraestructura que ha sido instalada para proveer de esta alternativa energética.

Sin embargo, no parece adecuado que este propósito se transforme en una presión indebida. Las empresas deben tener autonomía para que, cumpliendo los estándares ambientales exigidos, puedan optar por la alternativa que les resulte más conveniente. Debe recordarse que esos sectores productivos asumieron los costos de los errores cometidos por las políticas energéticas.

Es importante, además, que exista claridad en los precios de largo plazo que se ofrecerán al mercado por el GNL, para brindar condiciones estables en esta materia.

Chile está obligado a aumentar su capacidad energética para poder sostener el crecimiento económico, y la puesta en marcha de la provisión de GNL es un primer paso para lograrla. Es necesario abordar ahora las otras restricciones que enfrenta el país -como las ya conocidas en materia eléctrica- para que no debamos enfrentar en el futuro los efectos de decisiones equivocadas o tardías en este importante ámbito.