Mayor constructora de Brasil se une a proyecto de Eurnekian y Urenda
Inversión del Túnel Ferroviario de Baja Altura se estima en US$ 3 mil millones. Por C. R. F.
Después de meses de negociaciones y estudios que se extenderán otro tanto, el proyecto del Túnel Ferroviario de Baja Altura -eje del Corredor Bioceánico Central que unirá Buenos Aires con Valparaíso y que en su primera etapa comprende una inversión de US$ 3 mil millones- está tomando forma.
“Éstos son proyectos que cambian algo la historia de los países”, dice Hugo Eurnekian, vicepresidente de Corporación América, holding vinculado al empresario argentino Eduardo Eurnekian que lidera la iniciativa, al comentar que suman cinco las compañías que firmaron el memorandum de entendimiento para unirse.
La última incorporación es la de la mayor empresa constructora de Brasil, Norberto Odebrecht. Pero la lista de firmas dispuestas a emprender el proyecto de túnel de baja altura también la componen la chilena Interoceánica -controlada por el Grupo Urenda-, la constructora argentina José Cartellone Construcciones Civiles, la española constructora y operadora ferroviaria Comsa y la consultora italiana Geodata. Eurnekian asegura que se podrían sumar más, pero que de todas formas no es a un número a lo que aspiran, sino que a un proyecto “que requiere de actitudes de distintos tipos y conocimientos en diferentas materias”, dice.
En el marco de la primera etapa de factibilidad del proyecto, Eurnekian comenta que de 14 alternativas de túneles se seleccionó a tres posibles. El de menor longitud -30 kilómetros- cuesta unos US$ 2.500 millones, el de mediana extensión -40 kilómetros- US$ 2.800 millones y el más extenso -52 kilómetros- llega a unos US$ 3 mil millones. El proyecto estima una demanda de 50 millones de toneladas al 2040. “Pensamos que la alternativa más extensa va a dar una mejor calidad de servicio y es la que mejor cierra en consonancia con la proyección de demanda que estamos viendo”, dice Eurnekian. En todo caso, la elección no sólo dependerá del consorcio que ejecute el proyecto, sino también de los gobiernos de Chile y Argentina, que el año pasado declararon el proyecto de interés público.
Eurnekian dice que la recepción ha sido positiva. De hecho, le pone plazo al inicio de la segunda fase del anteproyecto: “Fines de 2009”.
Foto de: Claudio Caiozzi