Estudio revela que 40% de las familias no volvería a Chaitén

1123927221_zzz.jpg(La Nación, 22/01/2009)

Segundo catastro del Programa de Apoyo a las Familias Desplazadas reflejó que el 77% no tiene dificultades de alojamiento y un 33,5% emprendería negocios en su actual localidad. Sin embargo, la incertidumbre frente al futuro de la ciudad los mantiene sin tomar decisiones. Por Ricardo Ahumada

A casi nueve meses de la erupción del volcán Chaitén y del traslado de 1.800 familias a otras ciudades, el segundo informe del programa de apoyo a las familias desplazadas reveló que un 40,2% de ellas tiene la intención de asentarse permanentemente en su actual lugar de emplazamiento.

Asimismo, un 37,3% aún no sabe dónde se radicará y un 22,5% no desea permanecer en ese lugar. Un 12,8% de este último grupo señala que volverá a como dé lugar.

Los datos, recopilados por los tutores -especialistas que están trabajando con las familias- hasta el 5 de enero pasado, se obtuvieron de unas 1.268 familias catastradas.

Es decir, un 84,5% del universo total estimado para el programa (1.500). El estudio confirma que la mayor parte de los desplazados se concentraron en la provincia de Llanquihue, específicamente en Puerto Montt, y en Chiloé (Castro).

Todo esto, sin embargo, en un contexto marcado por la incertidumbre de lo que sucederá con su antigua ciudad, que, además, mantiene diversos problemas psicosociales en los desplazados.

Según el mismo informe, unas 462 familias, un 38,9% del total de la muestra, declaró presentar alguna dificultad en este ámbito, como inestabilidad emocional, pesimismo frente al futuro, desarticulación de la red familiar e incertidumbre laboral.

Esto se ha visto reflejado, por ejemplo, en una importante deserción escolar de los niños, quienes mantienen un escaso nivel de adaptabilidad a las ciudades más grandes, principalmente por inseguridad del sector o al temor a trasladarse en locomoción colectiva, situación que se da principalmente en Puerto Montt, Osorno y Quellón.

Se estima que un 13,9% de los encuestados (166 familias) tiene problemas de equipamiento básico como alimentación, calefacción y habitabilidad. “No se puede subestimar el impacto importante que tuvo en sus vidas el desplazamiento”, añade Narváez.

Además, en un 50,6% de los casos 601 familias el jefe o jefa de hogar se encuentra desempleado.

Según el estudio, esto se debe a que trabajaban en labores distintas antes de la crisis; a la inestabilidad que tiene en el lugar de residencia; a la pérdida de insumos para desarrollar la actividad, oficio o profesión y desmotivación.

De todas formas, un 33,5% de la muestra declara tener la intención de emprender un nuevo negocio en sus nuevos emplazamientos.

En cuanto a Salud, unas 357 familias (30,1%) tienen algún integrante con alguna enfermedad importante, generalmente cardíacas, mentales, discapacidades o traumatológicas.

Aún así, un 69,5% se encuentra sin ningún problema de atención primaria y sólo un 12,2% presenta algún tipo de problema para atención, asociado principalmente al desconocimiento de la red en ese lugar.

Para la delegada presidencial para Palena, Paula Narváez, “los datos nos muestran que las familias piensan en una serie de variables (antes de tomar la decisión). ¿Va a haber ciudad o no?, ¿cuándo?, ¿se va a recuperar o será otra ciudad?, ¿cuánto tiempo involucra?, se preguntan los habitantes. Si a eso le sumas que tiene hijos terminando sus estudios; el tema de la casa propia, y trabajo para el o la jefa de hogar, evidentemente los proyectos de vida se modifican”, señala.

El intendente de Los Lagos, Sergio Galilea, añade que entiende la cifra arrojada por el estudio, tomando en cuenta el tiempo que ha pasado desde la evacuación.

“Me parece natural que así sea. Yo espero que la Presidenta tome una solución a la brevedad, pero desde mi oficina en Puerto Montt se ve la nube del volcán. Las condiciones de habitabilidad de Chaitén son prácticamente nulas y la gente va tomando conciencia de eso”.

Participar en la decisión

La semana pasada, un grupo de chaiteninos, liderados por el actual alcalde, Pedro Vásquez, llegó hasta La Moneda con una petición formal: poder participar en la toma de decisión de la futura ciudad.

En esa oportunidad, Vásquez declaró que no permitirán que se defina el retorno o relocalización sin ellos, insistiendo en que la ciudad estaba herida, pero “merece una oportunidad”. Para Paula Narváez, sin embargo, el panorama es mucho más complejo.

“Esa decisión se toma con la asesoría de expertos que dicen si se puede o no volver al mismo lugar. En ese ámbito, lamentablemente tenemos que priorizar la opinión de ellos, porque no podemos tomar una decisión populista que en el largo plazo pueda generar otra evacuación o un problema mayor.

Sergio Galilea, en tanto, señala que “no es un problema de voluntad, de ser mala gente. El gobierno ha sido súper diligente. Ellos han participado y por cierto que hemos escuchado sus peticiones”.