Región Metropolitana: La contaminación del aire es el principal problema ambiental

Luis Alonso DiazMillones de chilenos viven en zonas afectadas por este tipo de contaminación. Ante ello, el proceso de actualización del Plan de Descontaminación Atmosférica de la Región Metropolitana busca mejorar la calidad de vida de las personas.

La Región Metropolitana (RM) desarrolló un crecimiento sostenido en número de habitantes, viviendas, industrias y medios de transporte en las últimas décadas lo que, a su vez, se tradujo en un aumento de fuentes contaminantes. Ello, sumado a condiciones geográficas que impiden una adecuada ventilación, ha provocado que sea hoy una urbe con pobres niveles de calidad de aire.

Un ranking presentado en 2016 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) dejó en evidencia que Santiago supera los índices de partículas PM10 (que van de 0 a 10 µm) y partículas finas PM2,5 (que van de 0 a 2,5 µm) presentes en el aire recomendados por la entidad que, además, destacó otras 23 ciudades de nuestro país en el listado.

Si bien la OMS limita los resultados en base a la cantidad de partículas PM10 y PM2,5, son estas últimas las analizadas para el resultado final, debido a que representan la materia más peligrosa para el organismo por sus características finas.

“El principal problema son las partículas en suspensión que, al tomar contacto con las mucosas, pueden producir distintos grados de irritación como rinitis y faringitis, entre otras afecciones, en personas sanas. Distinto es el caso de que esto le suceda a una persona con algún grado de obstrucción bronquial, sobre todo si se trata de niños o adultos mayores. En ellos la contaminación puede ser mucho más perjudicial y generar cuadros “más rebeldes”, que se perpetúen más en el tiempo y de manejo más difícil”, destaca Hernán Cabello, médico broncopulmonar de la Clínica Alemana.

Accionar del Estado

Si bien cifras del Ministerio del Medio Ambiente evidencian que durante los últimos 27 años se han logrado reducir en más del 68% las emisiones, a través de diversas medidas entre las que destacan nuevas normas y mediciones más eficientes, aún falta por avanzar.

Dado lo anterior, el Estado puso en marcha el proceso de actualización del Plan de Descontaminación Atmosférica de la RM, cuyo fin es mejorar la calidad de vida de las personas, estableciendo nuevos objetivos en materia de reducción de material particulado fino (MP2,5) y de gases contaminantes, así como de mejores instrumentos de fiscalización. En esta línea, fueron establecidas una serie de medidas para disminuir la contaminación que emiten los sectores de transporte, industria y residencial, entre otros.

A nivel industrial, el plan establece nuevas normas de emisión, así como sistemas de monitoreo continuo a grandes fuentes, y una nueva norma para grupos electrógenos.

En lo residencial, se prohíbe el uso de calefactores y cocinas a leña en el Gran Santiago. Sin embargo, evalúa, para el resto de las comunas de la RM, los datos de calidad del aire a cinco años para implementar esta prohibición. Finalmente, prohíbe el uso de salamandras, braseros, chimeneas de hogar abierto y calefactores hechizos.

En el caso del transporte, el plan habla de mayor exigencia en control de emisiones en plantas de revisión técnica, del establecimiento de una zona de baja emisión para camiones (que prohíbe el ingreso de este tipo de vehículos con una antigüedad superior a 12 años al interior del anillo Américo Vespucio), un incentivo a la compra de vehículos híbridos y eléctricos, además de la restricción vehicular de cuatro dígitos a autos sin sello verde en episodios críticos y la exigencia de norma Euro VI a flota del Transantiago.

Otras medidas son la creación de un “Fondo Verde” para Santiago, destinado a proyectos de compensación de emisiones, la construcción de 300 kilómetros de ciclovías y 3.000 biciestacionamientos, así como el incremento de áreas verdes y masa de vegetación que rodean la cuenca de Santiago, en 100 nuevas hectáreas.

Materias Pendientes

El Dr. Luis Alonso Díaz, director académico del Diplomado en Gestión de la Calidad del Aire y Control de la Contaminación Atmosférica de la U. de Santiago de Chile (Usach), considera que si bien el accionar del Estado va en la dirección correcta, hay temas en los que es necesario poner mayor atención. Uno de ellos es apostar a cero emisiones en materia de calefacción a través del diseño con materiales aislantes pues, según el académico, de esa forma los hogares podrían no requerir sistemas de calefacción.

“Una de las medidas estrella es la aislación térmica, la cual reduce la necesidad de tanta calefacción o, en su defecto, podrían usarse estufas más pequeñas que no requieran de tanto combustible”, señala.

Díaz asegura que otra medida (que hasta ahora se ha desarrollado en el país a nivel piloto) es la calefacción distrital o comunitaria con biomasa. Menciona como ejemplo el caso de las Torres Tajamar que, mediante este sistema, entregan agua caliente a sus departamentos. Ello podría replicarse a nuevos proyectos inmobiliarios.

El experto también considera que Chile debiese caminar hacia energías renovables no convencionales -como la energía solar- que le permitan abastecerse de forma limpia de electricidad y calefacción. Para ello es necesario que se produzca un abaratamiento de costos de paneles fotovoltaicos, así como el apoyo de las industrias, a hogares de clase media o más vulnerables, dentro de sus planes de compensación de emisiones.

Por otro lado, el académico de la Usach dice que debemos avanzar hacia sistemas de transporte de cero emisión, tanto a nivel público como particular. En ese sentido, el experto considera que hubiese sido positivo que el Plan de Descontaminación Atmosférica de la RM incluyera también a los vehículos livianos dentro de la norma Euro VI, y no solo el transporte público.

Finalmente, Luis Alonso Díaz hace hincapié en la necesidad de abordar este tema con la importancia que se merece, no solo desde el Estado sino desde la academia e, incluso, desde los mismos hogares.

“No le digamos solamente al Estado que nos resuelva. Somos todos responsables. Si nos estamos enfermando por contaminación, nosotros debiéramos ser los principales fiscalizadores”, puntualiza.