Cables, mallas y ligereza: un domo emerge en el Parque Araucano

Por Daniela Silva Astorga

El 17 de marzo abrirá a público “Después del domo”, la intervención arquitectónica con que Claudio Torres, Yuji Harada, Emile Straub y Clarita Reutter ganaron el concurso YAP_Constructo.

En Chile, el Young Architects Program, o YAP_Constructo, debutó en 2011 con una intervención que les ofreció sombra, pequeñas piscinas y mobiliario al público de Matucana 100. Luego, el concurso que aquí dirigen Jeannette Plaut y Marcelo Sarovic avanzó con propuestas de la misma línea -como una catedral de agua, un laberinto de choclos y otro de metal espejado-, en las que siempre fueron igualmente protagonistas las estructuras y sus ornamentos, lo que estaba adentro. Había piscinas, riachuelos, rociadores, asientos, juegos… Pero este año la historia será absolutamente distinta.

Los visitantes del Parque Araucano de Las Condes se encontrarán, entre el 16 de marzo y el 30 de abril, con un extenso, liviano y casi transparente domo, que no tendrá subdivisiones ni más agregados que iluminación LED y 90 aspersores de agua. La clave está ahora en la estructura: eso es lo que hay que mirar e intentar comprender. Así lo quisieron Claudio Torres (30), Yuji Harada (31), Emile Straub (25) y Clarita Reutter (26), los arquitectos detrás de “Después del domo”, la intervención ganadora del YAP_Constructo_7.

Aunque para el concurso los cuatro empezaron a trabajar juntos en mayo -todos, menos el japonés Harada, son arquitectos de la UC-, venían investigando el sistema Tensegrity, ideado en los años 60. Ese fue el punto medular en “Después del domo”. Y Torres lo explica: “Buscamos seguir usando este proyecto como herramienta de trabajo e investigación, y este sistema de edificación nos permite montar y desmontar fácilmente. Podremos llevarlo a otros lugares”.

Este proyecto, tal como todos los de Constructo, contó con el patrocinio del Consejo de la Cultura y de la Municipalidad de Las Condes, y con un presupuesto de $25 millones, que en su mayoría se destinaron a la estructura y al trabajo previo de fabricar las piezas del domo. Son, fundamentalmente, 120 tubos de aluminio -de 360 cm y de 100 cm- y cables de acero galvanizado, que van instalados perimetralmente. Los segundos hacen la diferencia frente al sistema tradicional de construcción de domos, el geodésico.

“Si ese se ejecuta con elementos rígidos, aquí reemplazamos algunas piezas firmes por cables. Usamos unidades traccionadas y comprimidas, lo que reduce considerablemente el peso de la estructura. Mide 36 por 16 metros (o 576 m {+2} ). Tiene seis metros de alto y pesa solo 1.300 kilos. Eso es realmente poco, e incluye las fundaciones”, apunta Straub, quien además detalla que sobre tubos y cables se instalará una malla de pesca salmonera, que pesa 300 kg.

Nada en su interior

Desde mayo a la actualidad, el equipo central de arquitectos ha recibido colaboración de una treintena de profesionales. Central fue el rol del ingeniero calculista Jun Sato -que trabajó con Kengo Kuma en el famoso Starbucks de Fukuoko-, así como de los más de 20 estudiantes de arquitectura de las universidades Católica y Andrés Bello que construyen el pabellón. En la estructura está toda la inversión: “Varias personas nos han preguntado qué pondremos adentro -dice Reutter-, pero nosotros queremos apenas poner unos troncos grandes adentro. Estarán en bruto. Nada debiera competir con el pabellón”.

“Creemos que la complejidad de las propuestas de YAP_Constructo ha ido, en parte, en aumento”, señala Jeannette Plaut. “‘Después del domo’ plantea desafíos estructurales con gran capacidad de resolución arquitectónica y con un carácter muy experimental, que es inédito en este programa. Si miramos lo que pasa en Santiago, Nueva York, Roma, Estambul y Seúl, ciudades donde se desarrolla YAP, vemos que la versión chilena ha influenciado a otras propuestas extranjeras. Así lo ven los propios curadores del MoMA”, concluye Plaut.