Los peligros a que se exponen inmigrantes en los subarriendos

Almirante Barroso SantiagoPor Francisca Barreda V.

Viviendas informales:

Extranjeros sufren hacinamiento, accidentes eléctricos, extorsión de los arrendatarios, y sus niños, vulnerabilidad.

La semana pasada, 20 familias colombianas fueron desalojadas de la casa que habitaban en Santiago Centro. Allí vivían niños, mujeres embarazadas y personas de la tercera edad. Su caso evidenció las paupérrimas condiciones en las cuales permanecen muchos migrantes que subarriendan en Santiago.

“Es una bomba de tiempo”, afirma el colombiano Manuel Alarcón, presidente de la organización Diáspora e Integración Latinoamericana. “Debiese haber leyes que impidan subarrendar, para que no vivan hacinados. Pero, por otro lado, se necesita generar viviendas, y con la explosión demográfica que existe hoy con la llegada de inmigrantes,hay que encontrar soluciones reales a través de leyes”, dice.

En la Municipalidad de Independencia inauguraron la Oficina de Migración en octubre de 2015, ya en pleno auge del boom migratorio. La encargada (s) de la repartición, Carolina Reyes, asegura que para el extranjero recién llegado, el subarriendo es prácticamente la única opción.

“Ellos pagan arriendos de 200 mil a 300 mil pesos, muchas veces lo que vale un arriendo promedio para cualquier vivienda completa. Se presta a abusos, y eso lo hemos visto. Se presta para que les suban el monto sin aviso, que les digan de un día para otro que tienen que salir de la propiedad. Ellos, por miedo a denunciar, lo que hacen es irse. Muchas veces el mismo arrendador no les devuelve la garantía”, dice, y aunque se les explican sus derechos no quieren denunciar. A esa oficina van 20 migrantes diarios.

Informalidad

“Hay mucho subarriendo; los espacios físicos son bien precarios. Mucha subdivisión informal. Por ejemplo, una misma pieza se divide con paredes muy delgadas en varias partes. Incluso las viviendas más antiguas y que son más céntricas, como tienen pisos altos a veces se subdividen en altura. Hacen un techo falso de madera y así ocupan como si fueran dos pisos en vez de uno. Meten a mucha gente en muy poco espacio”, describe la socióloga Pía Mora, investigadora del Centro de Estudios Públicos de la UC.

Según datos de la última encuesta Casen, el 64% de los migrantes ocupa viviendas bajo condición de arrendamiento. Y uno de cada cuatro vive en condiciones de hacinamiento.

Expuestos a peligros

La corporación Colectivo Sin Fronteras realiza acompañamiento social y legal a familias migrantes que están en condición de vulnerabilidad, o en desalojo.

Su directora ejecutiva, la psicóloga peruana Patricia Loredo, dice que hoy se vive una situación crítica.”Es un mercado de arriendo totalmente desregulado y que expone a las familias a abusos, por sobre valor de los lugares. Son, en su mayoría, sitios improvisados, que no tienen condiciones de habitabilidad. Se construyen de manera irregular muchas veces, sin ningún resguardo de la parte eléctrica o de salubridad”, dice.

Para Loredo, los niños se llevan la peor parte: “Están expuestos a todo tipo de situaciones delicadas. Los accidentes son un tema, pero también los riesgos vinculados a abusadores adultos de la misma casa, como de afuera”.