Integrar las tecnologías a la planificación del uso de suelo y transporte en Chile

Av. Pocuro, Providencia. © Flickr Usuario: Alejandro Sánchez. Licencia: CC BY-NC-ND 2.0

Av. Pocuro, Providencia. © Flickr Usuario: Alejandro Sánchez. Licencia: CC BY-NC-ND 2.0

Por Uri Colodro Gotthelf*

La necesidad de una ciudad correctamente planificada, donde sus distintas aristas se integren, resulta esencial teniendo en cuenta el actual panorama de degradación ambiental, consumo excesivo e insostenible de los recursos naturales, contaminación y fuertes problemáticas internas como el aumento sostenido en los tiempos de viaje cotidiano, segregación y fragmentación social, entre otros.

Las decisiones de las personas pueden ser estimadas mediante modelos matemáticos, de los que derivan las preferencias de localización. Por lo tanto, es posible conocer hacia dónde podría crecer la ciudad, teniendo en cuenta los instrumentos de zonificación y ordenación territorial. Esta información permite entender los fenómenos que se generan, pudiendo modelarlos a través de softwares, conocidos en la literatura internacional como land-use transport models o modelos de uso de suelo y transporte.

Dichos modelos representan una gran variedad de esfuerzos por caracterizar el crecimiento y expansión de las ciudades en función de las dinámicas de movilidad urbana. Existe una diversidad de usos, adaptables a los distintos territorios, con perspectivas y variables que dependen de qué es lo que se quiere analizar y, a su vez, planificar.

Chile destaca especialmente a nivel global por la producción de este tipo de modelos, desde la década de 1960, tratándose de tecnologías e innovaciones muy tempranas. Así, con el paso del tiempo se han seguido generando nuevos softwares por parte de académicos y consultores nacionales, los cuales se han aplicado tanto a ciudades chilenas como extranjeras.

De acuerdo con las investigaciones lideradas por Matthieu Saujot, las políticas públicas que cuentan con tecnologías integradas para todos los sectores que se encargan de la planificación del uso de suelo, la expansión de la ciudad y el transporte urbano, han sido exitosas en países como el Reino Unido, donde los land-use transport models son la herramienta más utilizada para la planificación urbana. Lo mismo sucede en Estados Unidos, en que cerca de la mitad de las agencias encargadas de dicha materia emplean modelos de este tipo.

Sin embargo, y a pesar de los esfuerzos que ha habido en el desarrollo tanto de modelos desde el punto de vista conceptual como de tecnologías, en Chile no ha habido una adecuada integración de estas innovaciones en las políticas públicas, donde finalmente las regulaciones quedan en manos del urbanismo neoliberal, donde el Estado asume un papel más bien reaccionario, licitando infraestructura de transporte una vez que surgen las necesidades y existe el mercado específico para ello. Así, la planificación se convierte en un ejercicio fragmentado, donde cada una de sus dimensiones se analiza de manera independiente. Las investigaciones coordinadas por Paul Waddel, de la Universidad de Washington, concluyen que dichos desafíos se fundan en el conflicto entre las instituciones, de valores, epistemologías y políticas, lo que se observa en el caso nacional.

Los mayores desafíos de Chile apuntan a la integración interinstitucional, logrando una adecuada coordinación de los diferentes actores que participan en los procesos de planificación urbana, existiendo un consenso de hacia dónde y cómo se quiere que siga creciendo la ciudad, priorizando áreas e integrándolas a un sistema de transporte que tenga en cuenta la intermodalidad y los distintos flujos, apuntando también a su eficiencia, calidad y sostenibilidad.

 

*Asistente de Investigación en Planificación Integrada del Centro de Desarrollo Urbano Sustentable. Geógrafo y Licenciado en Geografía, Pontificia Universidad Católica de Chile. Candidato a M.Sc. en Gobernanza de Riesgos y Recursos, Ruprecht-Karls Universität Heidelberg.