La nueva ley de Reciclaje y el sector construcción en Chile

*Por Renato D’Alençon

Chile es uno de los miembros de la OCDE cuya economía presenta una mayor intensidad en el uso de recursos. De acuerdo al reciente informe “Evaluaciones del Desempeño Ambiental. Chile 2016”, durante el período 2000-2010, el consumo interno de materiales (CIM) creció un 36%, en comparación con un descenso promedio del 7% observado en el conjunto de los países de la OCDE (OCDE, 2016). Al mismo tiempo, la producción de residuos ha crecido desde unos 12 millones de toneladas en 2000 a unos del 16,9 millones en total (Conama, 2010). En conjunto, en Chile se reciclan aproximadamente un 4% de los residuos para reutilización, reciclado y compostaje. Excepciones notables en este escenario son los neumáticos (15%), por acuerdo voluntario de los cuatro mayores fabricantes; las pilas (52%); y el papel y el cartón (52%), lo que se debe principalmente a los elevados precios de mercado del sector informal (OCDE, 2016).

El pasado 17 de mayo fue promulgada la nueva ley de Reciclaje, cuyo objetivo es que al menos un 30% de los residuos se reciclen en el país. El instrumento central de esta normativa es la Responsabilidad Extendida del Productor (REP), que en lo esencial obliga a fabricantes e importadores de seis productos prioritarios: aceites lubricantes, aparatos eléctricos y electrónicos, baterías, envases y embalajes, neumáticos y pilas, a recuperar un porcentaje de sus productos una vez que terminan su vida útil (MMA, 2016).

Si bien el Ministerio del Medio Ambiente podrá incorporar a futuro nuevos productos prioritarios a esta lista mediante la dictación de un reglamento, el alcance de esta ley es todavía limitado. Otros amplios sectores están aún fuera de este nuevo marco legal, como es el caso del sector construcción, el mayor generador de residuos con una participación que varía entre el 26% y el 34% en el período 2000-2009 respecto del total en el país: unos 5,7 millones de toneladas de los 16,9 millones en total (Conama, 2010). Por otra parte, en el marco de la Estrategia Nacional de Construcción Sustentable (ENCS), el Código de Construcción Sustentable (MINVU-BRE, 2014) establece cuatro categorías principales de sustentabilidad: Energía, Agua, Residuos, Salud.

A pesar la importancia que el Estado le comienza a conceder a través de estos instrumentos y directrices generales y sectoriales, las contundentes cifras nos muestran que la reutilización y reciclaje de materiales aún está en Chile en sus inicios. Un enorme desafío de innovación que se presenta en este ámbito para los ministerios, la academia, los profesionales, las empresas y los gremios que trabajan en el sector de la construcción. Al mismo tiempo que debemos ocuparnos de la implementación de medidas de eficiencia energética en la edificación, mejorar las condiciones de confort y reducir los costos de construcción y operación -todas tareas en la que nos queda aún mucho por hacer aún- deberemos asumir el desafío de la integración de los residuos de la construcción en un ciclo completo de planificación, producción, operación y disposición de las edificaciones, si queremos avanzar de la manera integral y a la velocidad que los problemas ambientales de hoy requieren.

Bibliografía

OCDE CEPAL (2016). Evaluaciones del Desempeño Ambiental CHILE. 2016.
CONAMA (2010). Primer reporte del manejo de residuos sólidos en Chile.
MINVU-BRE (2014). Código de Construcción Sustentable.
MMA (Ministerio del Medio Ambiente) (2016). ”Nueva ley de Reciclaje impone a las empresas el financiamiento y metas de recolección y valorización de los residuos que generan sus productos.” (Acceso 3 de Agosto de 2016).

*Renato D’Alençon Castrillón es investigador del cluster Entorno Construido del Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (CEDEUS). Además, en la Pontificia Universidad Católica de Chile, es profesor asistente de la Escuela de Arquitectura y jefe del Programa de Magíster en Arquitectura Sustentable.