El futuro de la Reserva van der Hammen y la expansión urbana de Bogotá

Reserva forestal van der Hammen. Image vía @ElTiempo [Twitter]

Reserva forestal van der Hammen. Image vía @ElTiempo [Twitter]

En el marco del debate sobre el crecimiento desmedido de la ciudad de Bogotá y la importancia por salvaguardar la reserva Thomas van der Hammen, el pasado 17 de febrero se llevó a cabo en la Universidad de los Andes el foro El futuro de la reserva forestal Thomas van der Hammen, en el que se presentó el proyecto urbanístico de la actual alcaldía en torno a un conversatorio con la participación de autoridades en el tema -Julio Carrizosa, Manuel Rodríguez Becerra, Enrique Peñalosa, Fernando Viviescas, Néstor Franco y Gonzalo Andrade, donde se ratificó la importancia de la reserva ecológica.

El futuro de la reserva Thomas van der Hammen ha despertado una controversial oposición por parte de ecologistas, ambientalistas, urbanistas y ciudadanos, luego de que el actual Alcalde Mayor de Bogotá, Enrique Peñalosa, hiciera pública la petición a la CAR (Corporación Autónoma Regional) de aprobar y disponer de la reserva para construir la propuesta urbanística de Ciudad Norte. Esta expansión hace parte de los cuatro sub proyectos de esta administración que conforman el modelo metropolitano Ciudad Paz.

Thomas van der Hammen. Image vía Al Poniente

Thomas van der Hammen. Image vía Al Poniente

La reserva recibe su nombre gracias al geólogo, botánico y arqueólogo colombo-holandés, Thomas van der Hammen, a quien en 1996 se le otorgó, por parte de la CAR, el estudio para definir la política de desarrollo integral de la Sabana de Bogotá. A partir del análisis del levantamiento regional que se hizo de las 1.400 hectáreas y la exhaustiva identificación de la estructura ecológica principal de dicho territorio, se estableció la particularidad de este ecosistema como un accidente geográfico sin precedentes en los Andes, por ser el bosque urbano más grande del mundo y el que mantiene viva la sabana.

El área de este territorio, en el norte de Bogotá, comprende desde la Calle 220 hasta los límites del municipio de Chía y Cota, y desde los cerros orientales hasta el río Bogotá; franja que cobija los humedales de Torca, Guaymaral y la Conejera. La reunión de características eco-sistémicas de esta reserva determinan la mayor riqueza ambiental de la sabana. La estructura ecológica, cuyo término acuña van der Hammen, determina la importancia entre las relaciones de precipitación de las lluvias, la vegetación, las condiciones de materialidad que conforman los cerros y las condiciones propias de los suelos de la planicie donde llegan las corrientes de aguas del río Bogotá.

Bajo el marco legal se declara, en el artículo 61 de la ley 99, que la Sabana de Bogotá, es decir, “sus páramos, aguas, valles aledaños, cerros circundantes y sistemas montañosos [son] de interés ecológico nacional, cuya destinación prioritaria será la agropecuaria y forestal”. De esta manera se legitima la reserva Thomas van der Hammen como patrimonio ecológico del Distrito, y en el 2011 se expidió, por parte de la CAR, el plan de manejo ambiental de la reserva.

El crecimiento de Bogotá

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Proyección de Bogotá tras hipotética incorporación de ‘Ciudad Norte’. Image vía Foro ‘El futuro de la reserva forestal Thomas van der Hammen’ / Streamming

La evidente importancia ecológica nacional de esta reserva generó una alerta a la expansión urbanística horizontal que estaba sufriendo la ciudad en el 2000. De manera simultánea a estos estudios ambientales, se erigían los primeros ejercicios de planificación urbana, ordenados por la ley 388 para la elaboración de los planes de ordenamiento territorial (POT). El Alcalde de ese entonces, Enrique Peñalosa, en su primer mandato (1998-2000), hizo el lanzamiento de su propuesta sobre el crecimiento de Bogotá, donde manifestó por primera vez su interés en estos territorios, como fue mencionado en el foro.

Debido a los intereses opuestos entre la administración Peñalosa y la CAR en 2000, el Ministro colombiano del Medio Ambiente en ese entonces, Juan Mayr Maldonado, convocó a un panel de especialistas, entre ellos tres ambientalistas (Thomas Van Der Hammen, Manuel Rodríguez Becerra y Julio Carrizosa), así como los arquitectos Rogelio Salmona y Germán Samper. El estudio de las dos posturas tomó alrededor de 6 meses, luego de los cuales, el quórum otorgó como ganadora a la defensa de la reserva forestal regional.

 

Propuesta de ‘Ciudad Norte’ publicada por Enrique Peñalosa en Twitter. Image vía @enriquepenalosa [Twitter]


Hoy, después de 16 años, se revive la polémica y se convierte en un tema urbano de primera línea en el país. Tras tomar posesión como alcalde mayor, el pasado 01 de enero de 2016, nuevamente Enrique Peñalosa, manifestó sus intenciones de darle un uso urbano a la reserva van der Hammen. El proyecto Ciudad Paz propone la conformación de cuatro sub proyectos: Ciudad Río, Ciudad Mosquera, Ciudad Bosa-Soacha y Ciudad Norte, cuyo desarrollo se ejecutaría en los próximos 30 años, por medio de la asignación de 15.000 hectáreas para la construcción de viviendas para 2,7 millones de personas, según cifras del propio alcalde en el foro.

El proyecto Ciudad Norte plantea urbanizar el 92% de la reserva (1.300 hectáreas) y estará gerenciado por Juan Camilo González, atendiendo a un programa de vivienda para alrededor de 300 mil habitantes. El alcalde asegura que sólo se intervendrá el porcentaje de áreas destinadas al agro, espacios a los que se refirió como “simples potreros” y que su propuesta para mitigar el daño ecológico será sembrar árboles y generar corredores verdes, alterando así la vegetación y la robusta conectividad natural de la reserva.

La conservación de la reserva

Uso actual de la Reserva van der Hammen. Image vía Skyscrapercity

Uso actual de la Reserva van der Hammen. Image vía Skyscrapercity

De llevarse a cabo este proyecto se generaría un devastador impacto ecológico, cuyas implicaciones en el territorio andino llevarían a la fragmentación del hábitat y sus ecosistemas existentes, repercutiendo sobre la gran biodiversidad de esta región y que ha despertado el interés de científicos y ambientalistas, que en la actualidad llevan a cabo más de 50 investigaciones, como lo mencionó Gonzalo Andrade, del instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional.

Por otra parte, ecologistas aseguran que se produciría la ruptura de la conectividad entre los cerros orientales y el río Bogotá: no habría tránsito, entonces, de las aguas que se producen en los cerros y descienden por escorrentía a la planicie e irrigan los suelos hasta llegar al río. Por lo tanto, la conocida vulnerabilidad climática de la sabana se vería fácilmente afectada.

Mientras que Julio Carrizosa planteó como conclusión del foro que estas iniciativas reforzarán el fenómeno de conurbación y obligarán a los municipios aledaños a ampliar sus POTs (Plan de Ordenamiento Territorial) y crecer desmedidamente, impulsando el fortalecimiento de un modelo centralista, donde más del 70% de la población se concentra en la región andina.

Por otro lado, Néstor Franco, director de la CAR, estableció que “no podemos sacrificar la sostenibilidad ambiental bajo el mero prurito del desarrollo”, pero también aclara que la ciudad es “un cuerpo viviente que necesita crearse, recrearse y consolidarse, buscando la manera de reducir el nivel de afectación ambiental”.

Mientras tanto, Fernando Viviescas, Arquitecto y urbanista de la Universidad Nacional de Colombia, declaró que “el problema no es sólo de la reserva van der Hammen, sino del futuro de la urbanización y el ordenamiento espacial de la vivencia en Colombia. Porque si el sitio urbano de mayor estudio que ha convocado a las universidades, ha convocado tesis, científicos e incluso urbanistas para poder sustentarse como una reserva es derrotado esta vez, el futuro de la forma como se intervienen las ciudades enColombia está en peligro”. Viviescas invita a encontrar nuevas maneras de urbanizar, partiendo del ordenamiento del territorio y de la relación entre las ciudades y la naturaleza.

Gracias a este foro se hizo vigente la discusión y se ratificó la importancia de la reserva como estructura ecológica principal de la sabana, por parte de académicos e investigadores. Así mismo, surgieron preguntas que deben permear las reflexiones y discusiones de la sociedad en torno a temas de desarrollo urbano de ahora en adelante: ¿cómo equilibrar el crecimiento de la ciudad con la necesidad de sostenibilidad?, ¿cuáles deberían ser esos mecanismos de participación ciudadana?

El foro El futuro de la reserva forestal Thomas van der Hammen fue convocado por la Fundación Natura, el Foro Nacional Ambiental y la Facultad de Administración de la Universidad de los Andes.

Vía Plataforma Arquitectura