“Caminos Escolares”, una propuesta para hacer más seguros y sustentables los viajes de los niños al colegio

En Chile, el año escolar comienza oficialmente el próximo jueves 3 de marzo, según datos del Ministerio de Educación, aunque hay colegios que ya iniciaron las clases.

Ese día, lo más probable es que el flujo vehicular aumente en las ciudades en comparación con los meses previos, ya que por motivos de seguridad, los padres prefieren ir a dejar a sus hijos a los colegios, muchas veces en auto. Esta decisión genera un aumento en la congestión vial y a su vez un impacto negativo en el medioambiente.

Como esta no es una situación ajena a otras ciudades del mundo, un buen ejemplo es conocer cómo se está abordando en otros lugares. Sin ir más lejos, en Argentina, se creó una iniciativa denominada “Caminos Escolares”, impulsada por el Grupo Consultivo de la Sociedad Civil (ConSoc) que representa al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en el país vecino.

El principal objetivo de esta propuesta es crear una red de caminos seguros para que las niñas y los niños puedan ir a a sus colegios a pie, en bicicleta o en transporte público.

De esta manera, se busca que el recorrido de la casa al lugar de estudio sea un espacio en donde puedan aprender sobre seguridad vial, les mejore el estado de salud, les fomente la autonomía y ayude a la sustentabilidad en el entorno. Asimismo, se apunta a reducir la negativa estadística de que diariamente mueran 21 niños en accidentes de tránsito.

Hacer de las calles un lugar más amable y seguro para las niñas y los niños es lo que la iniciativa plantea que se puede lograr si se desarrolla una estrategia que considera cuatro etapas (Acciones Previas, Diagnóstico, Plan de Acción e Implementación), las que es necesario trabajar con actores de diversos sectores como las familias, los colegios, las municipalidades, los vecinos, los locales comerciales, y por supuesto, los más pequeños.

Si bien las calles son vistas como un espacio desfavorable para los niños ante la presencia de vehículos motorizados, el plan sostiene que se pueden recuperar para los más pequeños si se adaptan de acuerdo a sus necesidades.

Para esto, sería necesario instalar señaléticas que indiquen cuáles son las calles que integran un Camino Escolar, se creen Zonas 30 (sectores en donde los automovilistas solo pueden transitar a 30 km/h), se amplíen las veredas y se habiliten pasos peatonales a la altura de las mismas para que los automovilistas reduzcan la velocidad antes de llegar a un cruce.

El camino de la casa al colegio es considerado uno de los primeros acercamientos de los niños con su ciudad, por lo que influye si se hace a pie, en bicicleta o en auto.

De hecho, si se toma en cuenta un estudio realizado en 2012 por la Universidad de Aarhus (Dinamarca) a 20 mil niños de entre 5 y 19 años de edad para reconocer alguna relación entre el nivel de concentración en clases y cómo llegan hasta sus colegios, más de alguno podría revaluar el modo de movilidad.

En esta investigación, los resultados demostraron que los niños que van caminando o en bicicleta a su lugar de estudio, tienen niveles de concentración más altos durante las cuatro horas siguientes respecto a los niños que los llevan en auto.