Alcaldes buscan revivir como paseo turístico tramo inicial del desaparecido tren Longino

autocarril Billard 309T de 1962  CatapilcoPor Mauricio Silva y Davied Jaime.

Zapallar, Nogales y La Calera quieren activar circuito de 17 km apelando a nostalgia por servicio ferroviario:

Desde 2012, carro Billard ofrece un breve recorrido recreativo que parte en Catapilco. La idea es extenderlo a La Calera, otrora primera estación del longitudinal al norte.

Durante 12 años, Sergio Vargas Guajardo (75) fue maquinista del Longitudinal Norte, el tren que entre 1913 y 1975 unió La Calera, Región de Valparaíso, con Iquique, Región de Tarapacá, en un viaje que demoraba casi cuatro días.

En 2012, Vargas interrumpió 16 años de jubilación para tomar el mando de un automotor Billard, con capacidad para 14 pasajeros, y dar inicio al “tren de la esperanza”, un paseo de seis kilómetros entre las estaciones de Catapilco y Palos Quemados, que el municipio de Zapallar ofrece gratis a turistas y organismos vecinales.

El servicio, que exigió al municipio de Zapallar invertir $20 millones en mejorar las condiciones de la vía y recuperar el automotor, se presta en Fiestas Patrias y los fines de semana veraniegos. Pero su demanda ha sido tal que, según el municipio, ya ha transportado a 10 mil pasajeros.

Con un estilo costumbrista que lleva a los operarios a vestirse a la usanza de inicios del siglo XX, busca rememorar el viaje que en esa época se realizaba desde La Calera a Zapallar, complementando en carretas el tramo entre Catapilco y la costa.

“En ocasiones, damos más de veinte vueltas al día porque volver a esto es una nostalgia. Hay compañeros de La Ligua, jubilados, que se ponen a llorar de emoción”, cuenta el maquinista, recordando que los servicios regulares al norte y entre las localidades de la zona central se extendieron hasta los años 70.

El 13 de junio de 1975, el llamado tren Longino hizo su último viaje. Las crónicas de la época relatan que el administrador del ferrocarril, Juan Carreño, miró reiteradas veces su reloj para que el tren saliera a la hora, y el viaje fuera perfecto.

El sentimiento romántico que despierta el tren y el valor patrimonial del trayecto, que conjuga paisajes campesinos con túneles del siglo XIX que evocan la importancia que tuvo el ferrocarril, quiere ser aprovechado por los alcaldes de Zapallar, Nogales y La Calera.

El objetivo es ampliar la alianza entre Zapallar y Ferronor, propietaria de la vía férrea y las máquinas, y extender el recorrido a 17 kilómetros de modo que pase por Nogales y alcance La Calera, cuya estación era la primera del antiguo servicio ferroviario al norte.

La iniciativa se entronca con los esfuerzos que están realizando los municipios por recuperar las viejas estaciones, hoy abandonadas. Mientras Zapallar proyecta convertir la estación de Catapilco en un centro cultural y comunitario, La Calera quiere aprovechar el impulso que dio declarar monumento histórico su vieja estación para conseguir los recursos que permitan transformarla en un foco de desarrollo cultural, inmobiliario y turístico.

Aprender lecciones

El experto ferroviario Ian Thomson conoce y aplaude la iniciativa, pero cree que se debe tener en consideración su viabilidad económica. “Es difícil que se financie con un vehículo tan chico. Además, para un neófito, un Billard no tiene tanta apariencia de tren. Sería más interesante ocupar la máquina Schindler que hasta 1974 operó entre Calera y La Serena y que está almacenada en la ciudad de Copiapó”, recomienda.

No es la primera vez que se intenta recuperar con fines turísticos parte de esta vía férrea longitudinal de 1.880 kilómetros. En su extremo norte, a partir de 2012 operó un servicio turístico que por algún tiempo revivió el tramo de 200 kilómetros entre Iquique y Pintados, que vivió su auge en la época salitrera. El empresario Pedro Pablo de la Barrera, su impulsor, señala que la iniciativa no fue suficientemente rentable, por lo que busca generar transporte de carga que permita sostenerla.

En el caso del tramo Catapilco-La Calera, el alcalde de Zapallar, Nicolás Cox, cree que marca la diferencia la cercanía con las grandes ciudades de las regiones V y Metropolitana y la tradición artesana en fierro y greda que persiste en este circuito, que le otorga atractivo. Destaca que Ferronor de todas maneras tiene en sus planes de 2016 rehabilitar la vía desde La Calera a Longotoma, por obligación legal.

El alcalde calerano, Eduardo Martínez, señala que el proyecto se vincula con los planes del Metro Regional de Valparaíso de extenderse y reincorporar su comuna al transporte ferroviario de pasajeros a Valparaíso.

Una iniciativa adicional, que sume un servicio ferroviario turístico, encamina a su comuna “a retomar su imagen como centro articulador de transporte, que en el pasado le dieron su rol en los servicios ferroviarios al norte, y entre Santiago y Valparaíso”.

TRAZADO
La vía que ocupó el Longino tiene una extensión de 1.880 km. Hoy se usan tramos parciales para carga.