“Los arquitectos chilenos ya no necesitan al MoMA”

zaera poloPor: Daniela Silva Astorga.

Alejandro Zaera-Polo: El arquitecto y académico español, autor del puerto de Yokohama en Japón, habla acá de su obra y de los desafíos de la disciplina.

Solo tenía 31 años cuando ganó un concurso crucial. Aunque entonces el español Alejandro Zaera-Polo (1963) ya había trabajado en la Office for Metropolitan Architecture en Rotterdam y escrito para publicaciones como El Croquis, no tenía en su currículo proyectos de la envergadura del Terminal Marítimo de Yokohama.

La obra quedó como un hito de la arquitectura del siglo XX y de su trayectoria: “Fue una buena exposición a una cultura distinta y a una gran escala de operaciones a la que es muy difícil acceder a tan temprana edad, por lo que exploramos una serie de temas generacionales, como el paisaje, la topografía y el diseño vía computador. Todo eso confluyó en un inmueble con topología y forma complejas, una mezcla de espacio público abierto y edificio”, comenta Zaera-Polo.

Después, el arquitecto -Máster del Harvard Graduate School of Design- continuó escribiendo para publicaciones como Quaderns y Arch+. Fundó una segunda oficina -tras FOA-, y en 2013 se asoció con Maider Llaguno en AZPML. Y llegó a ser decano de Arquitectura de la U. de Princeton.

Vino a Chile por la U. San Sebastián y por el programa “Cuando la arquitectura encuentra la ciudad”, de Pilar Pinchart. Dio charlas y visitó la Cepal.

“Ahora, con mi socia, estamos interesados en temas vinculados con la ecología, pensando en los grandes edificios como productores del 50% de las emisiones de carbono y en que no podemos seguir operando así. Investigamos el microclima urbano y cómo el diseño de los edificios puede cambiarlo”, dice Zaera-Polo, quien pronto verá terminada la nueva Estación de Birmingham, proyecto de su oficina.

-Ahora, ¿entonces ven a la arquitectura como vía de cambio?

“Es que el paradigma que aplicamos por décadas -pensando en aprovechar las oportunidades de las urbes de transformarse, hacerse a sí mismas y producir riqueza-, ahora debe no necesariamente descartarse, pero sí revisarse. Ver cómo hacer que esa riqueza sea justa, mucho mejor distribuida”.

Zaera-Polo viajó a Santiago con su socia, y ambos quedaron impresionados con algunos edificios. “Hay un nivel de calidad, sofisticación y diseño que no vimos en otros países de América. En proporción al tamaño de Chile y a su economía, son bastantes los arquitectos chilenos con proyección internacional, como Aravena, Radic y Pezo&Von Ellrichshausen”, comenta.

-¿Existe cada vez más interés en la arquitectura de esta región? Quizás la muestra “América Latina en Construcción” (MoMA) sea signo de eso.

“La exposición trató de retomar las cosas que habían ocurrido en la región y que hasta ahora tenían un grado menor de difusión. Es un hecho interesante. No obstante, no creo que los arquitectos latinoamericanos, ni menos los chilenos, necesiten hoy al MoMA de Nueva York para darse a conocer”.