Tras 85 años, se volverán a unir el Museo de Bellas Artes y el MAC del Parque Forestal

© Guy Wenborne / ENTEL

© Guy Wenborne / ENTEL

Mañana martes 31 de marzo, el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) y la sede del Museo de Arte Contemporáneo (MAC) del Parque Forestal protagonizarán un momento histórico. El motivo se debe a que, después de 85 años, ambos museos volverán a estar conectados de manera permanente cuando se realice la apertura de un corredor interno del mismo edificio que ocupan.

De esta manera, los visitantes podrán ingresar a los dos museos de forma gratuita, luego que desde este mes la Dibam eliminara el cobro de la entrada a los 26 museos que administra en el país y entre el que se encuentra el de Bellas Artes.

Más detalles a continuación.

El cierre del corredor que antes funcionaba como la cafetería de la pinacoteca y que une los museos, se estableció en 1928 por un decreto presidencial que separó la Escuela de Bellas Artes del resto del museo, al interior del Palacio de Bellas Artes.

Esta situación incluso se mantuvo cuando en 1974 se estableció el Museo de Arte Contemporáneo -dependiente de la Universidad de Chile- en el mismo edificio, diseñado por el arquitecto Emilio Jequier con motivo del Centenario de Chile e inaugurado en 1910, por lo que nunca los museos estuvieron unidos.

Si bien cada uno de los museos mantendrá su cartelera, no se descarta que a futuro organicen ciertas actividades en conjunto, como conferencias, exposiciones o eventos, producto de un acuerdo de colaboración.

Sobre la apertura del corredor, el director de la Dibam, Ángel Cabezas, dijo a El Mercurio que “encontré que, como los dos museos están en el mismo edificio, nosotros les generaríamos una complicación de acceso a los visitantes, que poco entenderían tener que pagar cuando ingresaran al MAC y no cuando lo hicieran al Bellas Artes. Así, trabajamos juntos un convenio de colaboración y decidimos abrir la puerta, al igual que trabajar para llevar muestras de ambos acervos a regiones”.

Imagen superior tomada por el fotógrafo Guy Wenborne para el libro “Santiago desde el Aire”.