El ecologismo como una oportunidad para que las comunidades influyan en su entorno

© Michigan Municipal League (MML), vía Flickr.

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“¿Qué tipo de lugares son los que queremos crear?” “¿En qué tipo de comunidades queremos vivir?” “¿Qué clase de mundo es el que esperamos ver en el futuro?”

Estas preguntas son las que se plantea el sociólogo Ethan Kent, vicepresidente de la organización estadounidense Project for Public Spaces (PPS), como una manera de retomar las propuestas del ecologismo y aprovecharlas para abordar los desafíos de la relación entre los seres humanos y el medioambiente.

De acuerdo a Kent, estos planteamientos se pueden unir con los del placemaking y así abrir debates sobre cómo queremos que sean nuestras ciudades y cómo pueden participar las comunidades en este proceso.

Más detalles a continuación.

Capacitar y fomentar a las comunidades para que participen en el desarrollo de los lugares de su entorno es una de las principales características del placemaking. Ahora, la inclusión del placemaking en el ecologismo da como resultado que la ciudadanía se reinvente al contar con nuevas y mejores herramientas y estrategias para influir en su entorno.

Para que esto sea posible, Kent propone que el ecologismo no se vea únicamente como un movimiento que trata sobre cómo reducir la contaminación y lcambiar as pautas de consumo.

En este sentido, considera que el ecologismo se debe abordar como una oportunidad para crear soluciones de gran alcance que enfrenten una demanda pública y que cree un espacio para que una comunidad pueda imaginar cómo van a ser los lugares que habitan y lo que se va a hacer en ellos. De esta manera, se busca mejorar la relación entre los seres humanos y el medio ambiente. 

¿Cómo evaluar si un proceso vincula el placemaking con el ecologismo?

Antes de iniciar algún proyecto que cuente con la metodología del placemaking, Kent propone que se realicen las siguientes preguntas: “¿es sostenible?”, “¿va a minimizar los impactos nocivos sobre los ecosistemas?”, “¿utiliza las mejores prácticas ecológicas?”, “¿respeta la ‘naturaleza’?” y “¿es la mejor tecnología que podemos crear?”.

Si bien estas preguntas apuntan a un enfoque sobre placemaking, el sociólogo plantea que se pueden incluir nuevas interrogantes y así involucrar el movimiento ecologista.

Para esto, las preguntas son: “¿está mejorando la vida, tanto de animales como de humanos?”, “¿va a maximizar el potencial de creatividad y fomentar cambios sociales amplios?”, “¿refleja el amor y el cuidado de nuestro entorno (medio ambiente, comunidad, social, cultural, histórico y económico)?”, “¿es compatible con los sistemas ecológicos y sociales más amplias de las que formamos parte?” y “¿es lo mejor que podemos hacer para cuidar la naturaleza, las comunidades y las personas?”.