Areas verdes suben 20% en Santiago y llegan a la mitad de nivel recomendado por OMS

Áreas Verdespor María José Jarpa, El Mercurio

Según análisis de U. Adolfo Ibáñez, estas zonas pasaron de 3,7 m2 por habitante en 2002, a 4,5 m2 en 2012.

Un aumento en la cantidad de áreas verdes en el Gran Santiago, pero también una mala distribución entre sus comunas, arrojó un estudio elaborado por el Centro de Inteligencia Territorial de la Universidad Adolfo Ibáñez, entidad que midió la presencia de equipamiento en las 32 comunas de Santiago, además de Puente Alto y Padre Hurtado.

Según el análisis, en 10 años hubo un aumento de 20%, pasando de 3,76 m2 por habitante en 2002, a 4,5 m2 en 2012. Sin embargo, a pesar del aumento, la cifra aún está muy lejos de los estándares de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que recomienda nueve metros cuadrados por habitante.

El informe -que será publicado antes de fin de año- detalla que las comunas de Vitacura y Lo Barnechea son las que poseen más áreas verdes por habitante, mientras que las de la zona sur tienen los índices más bajos. En tanto, Las Condes, Ñuñoa, Providencia, Santiago, San Miguel y Padre Hurtado son las únicas que perdieron áreas verdes en una década (ver infografía).

“La localización de nuevos parques metropolitanos y la generación de nuevas áreas verdes locales en algunas partes específicas de la ciudad son algunas de las razones del aumento”, comentó el jefe de investigación del estudio de la UAI, Ricardo Trufello.

Ejemplos de nuevos parques son el Bicentenario de Vitacura y el parque de Cerrillos, ubicado en el ex aeropuerto. A esto se suma el aporte de jardines o áreas comunes de urbanizaciones cerradas, como en el caso de Lo Barnechea, y de nuevos condominios en zonas como Quilicura.

Aunque a simple vista la cifra podría no ser significativa, Trufello explicó que “la tendencia de las ciudades metropolitanas es que disminuyen su equipamiento, porque en general la población crece más rápido que la provisión que es capaz de dar un municipio”.

El estudio se elaboró en base a una metodología que dividió la superficie de éstas por el número de personas que pueden llegar caminando tras 15 minutos.

El investigador lamentó que si bien se produjo un aumento de este tipo de zonas de recreación, existe una mala distribución, tanto en la ciudad, como en las mismas comunas. “Eso sucede porque no siempre se ponen las áreas verdes en el lugar donde hacen falta, sino donde quedan espacios”, comentó Trufello.

Extremos

Vitacura, Lo Barnechea, Cerrillos y Estación Central son las comunas que más se acercan a los 9 m2 por habitante, recomendados por la OMS. De estas cuatro, Lo Barnechea fue la que presentó un mayor incremento (73%); mientras que Vitacura encabeza la lista en materia de cantidad (9,02 m2 por habitante).

La mayoría de las comunas situadas en la zona sur de la ciudad presentaron aumentos en su equipamiento, pero aún se mantienen con bajos índices. Una de éstas fue Puente Alto -con 750 mil habitantes-, que pasó de 2 m2 por habitante, a 2,94 m2. Para el alcalde de la comuna, Germán Codina, estos datos no estarían reflejando la situación actual, que según cifras municipales estaría en torno a los 4 m2 por habitante. “Este año inauguramos el Parque Juan Pablo II, de 14 hectáreas, al que se suma un nuevo parque en el sector poniente y la construcción de otro en la zona suroriente (Las Vizcachas), de cinco hectáreas”.

El jefe comunal señaló que si bien hay voluntad para instalar nuevas áreas verdes, los costos de su mantención son elevados.

Sobre este punto, Trufello sostuvo que “quizás, hay que pensar en un modelo más centralizado desde el gobierno metropolitano que pueda redistribuir de mejor forma los recursos que tienen las comunas para subsidiar la localización de áreas verdes”.

Comunas en retroceso

A pesar de los aumentos globales, en las comunas de Santiago, Ñuñoa, Las Condes, Providencia y San Miguel se constataron disminuciones. “El patrón en estas comunas tiene ver con una mayor densificación y el desarrollo inmobiliario”, dijo Trufello, quien precisa que en el caso de Santiago, “hay algunos avances puntuales de equipamiento, pero a la cantidad de permisos de edificación que se han generado en la comuna, seguramente no se ha generado al mismo ritmo la localización de áreas verdes”.

Al respecto, la alcaldesa Carolina Tohá señaló que “el repoblamiento fue una política efectiva para traer nuevos habitantes a la comuna. Eso ocurrió, pero con proyectos disruptivos, que no trajeron equipamiento urbano. Esto se refleja que en una década y por 111 mil nuevas personas que llegaron a la comuna, no se ha construido una plaza de manzana completa”.

Para subsanar esta situación, la municipalidad está desarrollando diversas iniciativas, como el programa de platabandas (espacio situado entre la vereda y la calzada), que busca sumar, en un lapso de cinco años, 450.000 m2.

Respecto de Ñuñoa, el investigador agregó que “el Plan Regulador estipuló el crecimiento en densificación y eso ha tenido un impacto en acceso de áreas verdes”. La administradora municipal de esa comuna, María Ignacia Allendes, recalcó que en Ñuñoa, “ya no queda más espacio para crear áreas verdes, porque durante la gestión del alcalde Pedro Sabat, es precisamente lo que se ha ocupado: la gran parte del Bien Nacional de Uso Público está ya con áreas verdes”.

Según la funcionaria, la disminución se debe a la densificación, y agregó que actualmente existen proyectos para potenciar áreas verdes en la zona, como son la construcción de jardines verticales, platabandas, además de las obras en el Estado Nacional.