El Gran Valparaíso lucha por definir su vocación y resolver los déficits que generó el auge inmobiliario

Por Manuel Valencia, El Mercurio.

Nuevo plan regulador intercomunal ordenará el crecimiento de este conglomerado urbano en los próximos 30 años:

La conurbación del puerto con Viña del Mar, Concón, Quilpué y Villa Alemana se consolidó sin soluciones oportunas al desarrollo que ha tenido.

El Gran Valparaíso vive tiempos de dicotomías. El auge patrimonial del puerto ha vigorizado a los movimientos ciudadanos que se oponen a los proyectos de densificación en altura y a obras polémicas, como el Mall Barón, que se aprobó en pleno borde costero norte de la ciudad y promete reducir el histórico desempleo de la ciudad.

Otro contrapunto es el crecimiento inmobiliario de Viña del Mar, Quilpué o Concón, que viven una bonanza fomentada por el auge de segundas viviendas, mientras la escasa vialidad de la zona no da abasto para absorber los 50 mil vehículos que llegan a la zona desde Santiago cada fin de semana, y menos los 200 mil que arriban durante los festivos.

También, esta gran ciudad se debate entre su vocación turística y la necesidad de fomentar la actividad portuaria, que requiere más espacio en el borde costero. El alcalde de la ciudad, Jorge Castro, opina que ambas vocaciones no son excluyentes.

“Apostamos por una red para que no se mezclen ambas. Para eso estamos potenciando la ampliación del acceso sur al puerto para llegar al nuevo terminal 2, y a una zona franca cultural; el proyecto puerto viejo, para recuperar el barrio fundacional, y estamos potenciando proyectos de transporte, como un metrocable y un tren semirrápido a Santiago. Con eso, esto va a ser otra ciudad”, anticipa.

Otro contraste lo experimenta en vivienda: mientras Viña del Mar se promociona como capital turística de Chile, alberga en sus cerros los mayores campamentos del país.

“Estas son ciudades que surgieron con una escala de provincia y están en un permanente estrés, que se ha fomentado con una gran cantidad de segundas viviendas, desarrollo comercial, malls y equipamientos. Este escenario es una gran oportunidad. Tenemos que convertirnos en un aliado estratégico de Santiago”, explica el seremi de Vivienda de Valparaíso, Mauricio Candia.

La expansión de la zona urbana ya alcanza a otras comunas, como Quintero, Puchuncaví y Limache. El nuevo plan regulador intercomunal (Premval) ordenará el crecimiento de la urbe a 30 años y sumará 17 mil hectáreas al escaso suelo urbano de la zona.

El desafío pendiente es la administración de la ciudad. Al igual que Santiago, el Gran Valparaíso es una de las zonas donde muchos piden la creación de una institucionalidad metropolitana, como un alcalde mayor o al menos un intendente empoderado.

Para el arquitecto y urbanista de la zona Juan Carlos García, esta autoridad “es la mejor manera de trabajar integralmente el desarrollo futuro (…). Por ejemplo, en el caso de los campamentos, el Gran Valparaíso tiene la mayor cantidad a nivel nacional, y eso no lo puede resolver aisladamente cada municipalidad, requiere de una intervención integral”, opina.

El impulso que promete el incendio

Tras el siniestro que destruyó gran parte de la zona alta de Valparaíso, un plan por US$ 510 millones promete obras como la vialidad estructurante y tres ascensores nuevos.

El delegado presidencial del proceso, Andrés Silva, dice que el proyecto de inversión “servirá de modelo para diseñar instrumentos e inversiones para la planificación de la ciudad”.