Metro asume negligencia en falla de Línea 5 y remueve a gerente de mantenimiento

Por Diego Villegas y Valentina Mery, La Tercera.

Problemas de energía comenzaron 20 horas antes del colapso y el tren funcionó durante la jornada con baterías de emergencia.

Aunque fue cerca de las 19.30 horas del miércoles que los 41 trenes que transitaban en la Línea 5 se quedaron quietos por falta de energía, la falla que originó el segundo colapso de la red en menos de una semana, afectando a cerca de 400 mil usuarios y que obligó a evacuar a 50 mil personas desde los vagones, comenzó 20 horas antes.

Según reconoció Metro ayer, el desperfecto en la alimentación de energía -cuyo origen está siendo investigado- se inició en la madrugada de ese día, pero no se pudo detectar debido a que no estaba activada la alarma que avisa al comando central de este tipo de anomalía. Lo anterior provocó que durante toda la jornada la Línea 5 -la más larga de la red, con 30 estaciones que van desde Maipú hasta La Florida- funcionase con baterías de emergencia.

“Nuestros equipos de ingeniería se encontraban realizando unos trabajos en un sistema para información de pasajeros, que hizo que la alarma de paso de sistema eléctrico a baterías no pudiese ser detectada por nuestro personal de regulación que trabaja en el centro de control (ubicado en el edificio corporativo). Eso hizo que funcionáramos todo el día con el sistema de baterías y no pudiéramos detectar que no estábamos siendo alimentados por la fuente principal”, comentó el gerente de operación de la empresa de transportes, Rodrigo Terrazas. “Esta falla se produce entre la 1.30 y 2.00 del 20 de agosto, situación que elimina la alimentación del sistema de tracción de la Línea 5”, agregó (ver infografía).

Sin embargo, las explicaciones ante la doble falla, que se sumaron a la “fisura sorpresa” que obligó a suspender el servicio en la Línea 4 el 13 de agosto, no quedaron ahí. Fue el presidente de Metro, Aldo González, quien detalló las tres medidas que tomó la empresa, luego de una junta de directorio extraordinaria realizada ayer para analizar los dos desperfectos.

Auditoría y salida

La primera de ellas consistió en pedir la renuncia de Raúl Elgueta, quien se desempañaba hace dos años como gerente del área de mantenimiento de la empresa. La renuncia, explicó González, “ya se hizo efectiva, por lo que se nombró a uno de forma interina”.

Además, se acordó realizar una auditoría externa, compuesta por expertos internacionales en redes de metro, para analizar la forma en la que se mantienen las vías y el material rodante, además de los sistemas eléctricos. Para esto, la empresa solicitó la opinión de los trabajadores a través del sindicato (ver secundario).

La tercera disposición anunciada apunta a revisar todos los protocolos de acción e información para casos de emergencia, en lo que respecta a evacuación e interrupción del servicio.

“Me hago cargo del tema. El directorio manifestó la preocupación por la información que se le entrega al público. Hubo deficiencias y se tomó la determinación de mejorar los protocolos de comunicación. Como empresa, estamos dispuestos a tomar todas las medidas”, detalló.

González comunicó estos anuncios en el edifico corporativo de Metro, ubicado en la Alameda, junto al ministro de Transportes, Andrés Gómez-Lobo. El secretario de Estado destacó que, a pesar de la falla ocurrida, la empresa sigue manteniendo su alta calidad en los traslados de los capitalinos.

“Para el Metro, garantizar un servicio de calidad es la primera prioridad y estamos satisfechos con las decisiones que se han tomado. Metro siempre ha cumplido con su frecuencia y su capacidad operativa de forma muy buena, y hasta el momento no hemos visto necesidad de cambiar la relación contractual”, dijo Gómez-Lobo. “Estamos haciendo tremendos esfuerzos por expandir la red de Metro, con una inversión de US$ 3.000 millones, y los buses, en ese sentido, han quedado rezagados. Queremos avanzar equilibradamente y tener otros modos ayuda a tener mejores sistemas”, agregó el ministro.