El despreciado valor del silencio en la ciudad

Por Sebastián Sottorff, El Mercurio.

La calidad de vida de un barrio debería medirse también por la ausencia del ruido.

Mobiliario urbano, buena conectividad y muchas áreas verdes. Los factores que hoy definen un buen barrio o comuna suelen tener relación con aspectos funcionales y económicos.

Sin embargo, hay un factor que también podría ser considerado para medir la plusvalía de un lugar: el ruido. O en su defecto y mucho mejor, la ausencia de él.

Según el primer reporte del Estado del Medioambiente, elaborado por el ministerio del ramo, el 13% de las personas que viven en el Gran Santiago estarían expuestas a niveles de ruido por sobre los 65 decibeles, el máximo recomendado por la OCDE.

Y son Santiago, Lo Espejo y Estación Central las comunas más ruidosas de la capital.

¿Pero dónde están las zonas más silenciosas de toda la región?

En Padre Hurtado, Pudahuel, El Bosque, La Cisterna y Lo Barnechea.

Y pese a tener una composición socioeconómica diversa, todas estas comunas tienen elementos en común: están alejadas del centro de la ciudad y registran, en promedio, índices de ruido bajo los cincuenta decibeles.

Así que en una época donde la tranquilidad en la ciudad escasea, quizás sea el momento de considerar al silencio como uno de los factores esenciales para poder elegir un buen barrio donde vivir.