Un mes al año perdido por la congestión vial: La situación de los habitantes de São Paulo

Rua da Consolação © Carlos Barreta Flickr

Por Romullo Baratto.

Si bien la noción de “tiempo libre” es por naturaleza asociada a las elecciones individuales y a ser momentáneamente “libres” en relación con las exigencias de la vida cotidiana, la cantidad y la calidad del tiempo que disponemos está estrechamente vinculada a las fuerzas de la ciudad.

Cuando aumenta la congestión vial, la cantidad y la calidad de tiempo libre de los habitantes disminuye. La congestión reduce las oportunidades de las personas para construir amistades, reduce la energía para practicar hobbies fuera del trabajo y agota el tiempo que la gente tiene para vivir. Con el aumento de las tasas de propiedad de automóviles, que contribuyen a una mayor congestión, los alcaldes están tomando medidas para revertir esta tendencia en relación con los impactos en la calidad de vida de los ciudadanos y con el costo económico de permanecer atrapado en el tráfico.

Las ciudades brasileras de São Paulo y Belo Horizonte muestran que dependen tanto de las políticas municipales como de los individuos. En caso de modificar las estrategias de movilidad centradas en los automóviles impulsando a Brasil hacia un futuro y calidad de vida para sus habitantes la movilidad urbana sostenible.

Dos futuros posibles, una ciudad

El 40 por ciento de los habitantes de São Paulo tiene al menos un automóvil. Aunque este número es menor que en algunas ciudades de Estados Unidos, sigue siendo más alta que en la mayoría de las otras ciudades de América Latina. Además que la infraestructura de São Paulo no fue construida para dar cabida a un gran número de vehículos privados. Por esto, la ciudad está considerando dos opciones:

Puede crear más carreteras o ampliar las calles existentes y resolver temporalmente el problema de la congestión, es decir, abriendo el camino para los nuevos auto y por lo tanto para más congestión. Además, como la infraestructura urbana suele durar décadas, este modelo refuerza la cultura del automóvil, lo que hace más difícil la implementación de opciones de transporte sostenibles en el tejido urbano. Como mostró la Red de Investigación sobre Movilidad Urbana de São Paulo, que parte de sus habitantes pasan un mes al año en el tráfico, o el equivalente a 2,4 horas por día. A medida que aumenta el número de autos, hay más congestión y  el tráfico, por supuesto, no hará sino crecer.

Priorizar el transporte público muestra una solución a este dilema. El diseño de líneas exclusivas para los buses (que tienen la capacidad para transportar 10 veces a más personas que el auto) es un primer paso significativo que la ciudad ya se está llevando a cabo con sus 374 kilómetros de pistas para Buses de Tránsito Rápido (BRT).

Pero el liderazgo de arriba hacia abajo no es suficiente para completar la transición hacia una movilidad sostenible. El apoyo ciudadano es vital para la creación de una ciudad verdaderamente sostenible. Mientras que el 93% de los brasileños consideran que el uso del transporte público, así como caminar y andar en bicicleta, el 47% todavía cree que tener un auto es fundamental. Muchos están tan acostumbrados a los largos tiempos de desplazamientos –52 minutos es considerado “rápido” en Curitiba- que se muestran satisfechos con el status quo.

El cambio requiere de políticas y personas

El grupo de estudio de Movilidad Urbana de São Paulo refleja los recientes progresos y documenta la magnitud de las tareas que aún están por delante. Estos desafíos están presentes también en Belo Horizonte, que recientemente abrió su sistema MOVIMIENTO BRT, con dos corredores que ya están en funcionamiento, y que integra una red de cuatro corredores, cuya longitud alcanza los 23 kilómetros y entrega una opción de movilidad más sostenible y accesible a muchos barrios.

Sin embargo, los habitantes de Belo Horizonte pierden un solo día al mes en el tráfico y la tendencia va en aumento. El 33% de los encuestados por Movilidad Urbana dijo que han cambiado sus hábitos de viaje en los últimos cinco años. Sin embargo, el 67% emigró del transporte público al auto, mientras que solo el 24% tomó la dirección opuesta.

Los alcaldes de las ciudades brasileñas podrían comenzar a poner en práctica políticas que promuevan el desarrollo orientado a medios de transporte públicos (DOT), intensificando el desarrollo de la infraestructura para la vivienda, el comercio y los servicios en torno a los nodos y corredores de transporte. Pero también necesitamos un “empujón” a los ciudadanos para recordar el momento en que va al trabajo y no consume todo su tiempo libre. En conjunto, las decisiones sobre transporte sostenible en el nivel personal y político pueden hacer que todos los habitantes disfruten de actividades de ocio y entretenimiento que ayudan a hacer la vida más bella y rica.

Publicado originalmente en ArchDaily Brasil. Traducción por Plataforma Urbana.