Expertos creen que vestigios en la plaza principal de Valdivia corresponden a un cementerio colonial

Por Óscar Riquelme B., El Mercurio.

Restos humanos y de artefactos afloraron al construir estacionamientos:

Hasta ahora se han encontrado partes de seis cuerpos que habrían sido sepultados en el siglo XVI, durante la primera etapa urbana de la ciudad.

Primero apareció el cráneo de un niño, a un metro de profundidad. Los trabajadores que excavaban la zona oeste de la Plaza de la República, en Valdivia, debieron interrumpir el jueves 3 de abril las faenas de construcción de estacionamientos subterráneos y dar paso al trabajo de los arqueólogos.

Al cabo de una semana, los 30 sondajes hechos en el sitio -cada uno de un metro cuadrado de superficie y un metro de profundidad- han permitido encontrar restos de por lo menos 6 cuerpos más. Asimismo, aparecieron vasijas de tradición indígena, bloques de piedra laja, tejas, balas de plomo, clavos de hierro, restos de ladrillos y piezas de vidrio. Los especialistas han estimado su data entre los siglos XVI y XVIII.

Los restos humanos aún permanecen en la plaza, ya que su estado de descomposición es tan avanzado que cualquier intento de extracción los destruiría completamente.

El arqueólogo que estuvo a cargo de los estudios previos, Patricio Galarce, explica que la hipótesis inicial apunta a que en la citada época el sector era un cementerio, aunque una segunda etapa de excavaciones, que debe validar el Consejo de Monumentos Nacionales, permitiría clarificar el hallazgo. Una de las características que llamaron su atención ante tal hipótesis es la escasa cantidad de sepulturas. “En esos términos, era relativamente poco denso”, aseveró.

El historiador valdiviano y académico de la Universidad Austral de Chile Ricardo Molina apuntó a datos aportados por el Premio Nacional de Historia y sacerdote benedictino Gabriel Guarda, en el sentido de que al costado norte de la plaza estaba la iglesia Santa María la Blanca y junto a ella se situaban los cementerios.

Privilegio

Molina enfatizó que en esa época no cualquiera era enterrado ahí. “Normalmente eran las personas que pertenecían a las familias que más aportaban a la Iglesia: los nobles, las familias principales y los más pudientes desde el punto de vista económico. Las limosnas y donaciones importantes eran retribuidas enterrándolos junto a la iglesia principal”, aseveró.

El arqueólogo y profesor adjunto de la U. Austral Simón Urbina apoyó esta afirmación. “Las investigaciones efectuadas documentan contextos funerarios que se relacionan con el dato publicado por Gabriel Guarda. Ya se habían registrado osamentas y entierros de españoles, excavados en 1907, bajo la actual Plaza de la República, que refieren con probabilidad al cementerio de la Iglesia Mayor”, dijo.