Norte de Chile concentra mayores déficits de vivienda y el centro-sur lidera en urbanismo

Por Manuel Valencia y Macarena Toro, El Mercurio.

Perfil muestra profundos desequilibrios en equipamiento, servicios y valoración entre las capitales regionales:

Mientras ciudades como Arica e Iquique superan promedio nacional de pobreza y hacinamiento, el sur tiene más servicios y equipamiento, por habitante. Nueva institucionalidad, propuesta por la política de desarrollo urbano, podría acortar la brecha.

No solo son las antípodas geográficas de Chile. Arica y Punta Arenas son también la representación patente de las profundas desigualdades urbanas y sociales que tiene el país. Mientras la ciudad del morro concentra las mayores tasas de pobreza extrema (15,3%), hacinamiento (12%) y allegamiento (14%) a nivel nacional, Punta Arenas resalta con los menores niveles: 5,4% de pobreza extrema (el menor del país), 1% de allegamiento y 7% de hacinamiento.

El contraste no es exclusivo de ambas ciudades. Según un análisis realizado por el Observatorio Urbano del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), en diversos criterios, el norte grande muestra los índices de calidad de vida más críticos y el centro-sur destaca por tener los mejores. Por ejemplo, en vivienda, Copiapó exhibe el mayo nivel de precariedad en las propiedades, con 30,2%. Le sigue la conurbación de Iquique y Alto Hospicio (25,1%) y Arica (22,6%). En la vereda opuesta, Coyhaique exhibe el mejor promedio del país (2,4%), seguido por Punta Arenas (5,1%).

Las diferencias no solo se plasman en aspectos habitacionales. Si se considera el estado de las calles, Iquique, que tiene la tasa de motorización más alta del país (335,9 autos por cada mil personas), también sufre con la peor red vial: 74,7% de las arterias con algún grado de deterioro. También, la capital de Tarapacá es la ciudad que produce la mayor cantidad de basura del país por persona: 37 kilos. Los residuos también son un problema en Arica, tiene más microbasurales por manzana (44,8%).

La situación del norte se contrapone con los 30 kilos por persona que generan urbes como Concepción o Rancagua o la ágil expansión habitacional (98% en los últimos cinco años) y automotriz (49,6%) de Coyhaique, que la llevan a liderar en ambos parámetros.

En salud, las percepciones también son opuestas. Si en la conurbación de Puerto Montt y Puerto Varas, el 75,5% de la población considera que su hospital o clínica está cerca de su casa, en Antofagasta tal apreciación solo la tiene el 21,6%.

Para el subdirector del Instituto de Estudios Urbanos de la UC, Roberto Moris, este tipo de información debe ser la base para que se implemente una planificación integrada a través de planes de ciudad. “Ya no podemos considerar que la planificación urbana está resguardada solo por los planes reguladores, sino por planes urbano habitacionales que deberían guiar la localización de proyectos habitacionales en especial aquellos con financiamiento público asegurando cumplimiento de estándares de atributos urbanos. También deben orientar la inversión pública”.

¿Cómo se logra resolver los desequilibrios ya existentes? A juicio del ministro de Vivienda y Urbanismo, Rodrigo Pérez, en este objetivo podrá contribuir la Política Nacional de Desarrollo Urbano, creada el año pasado, que establece una nueva institucionalidad para las ciudades, con gobiernos metropolitanos (para aquellas de gran tamaño) y mayor autonomía de las capitales regionales, respecto del gobierno central. “La ciudad congrega un conjunto amplio de ámbitos relevantes. En ellos participan diversos agentes públicos y privados. Los Gobiernos Metropolitanos contribuirían a mejorar la coordinación de actores en pro de algunos objetivos previamente definidos. Entre ellos podrían estar mejorar en algunos de los índices comentados”, señala la autoridad.

Concuerda el director del laboratorio de Ciudad y Territorio de la UDP, Genaro Cuadros. “En el norte es donde pueden presentarse un mayor número de necesidades pero también de oportunidades: adecuados planes de vivienda es lo indicado a condición que estos sean planes integrales que resuelvan al mismo tiempo los equipamientos, el transporte y los servicios asociados. Sin embargo donde tenemos una mayor dificultad es en las áreas metropolitanas donde si bien no están los índices mayores la dificultad para hacerse cargo de las necesidades sí es más compleja por la baja disponibilidad de suelo y coordinación de los actores interesados”, opina el académico.

”La exposición de las diferencias entre las ciudades está a la vista y los municipios y programas públicos están llamados a tomarlas en consideración”.

RODRIGO PÉREZ

MINISTRO DE VIVIENDA Y URBANISMO