La dura batalla de las urbes contra la congestión

La regulación de los estacionamientos y la tarificación vial aparecen como las medidas más efectivas frente al problema.

Por Fernando Fuentes, La Tercera

Bastaron un accidente y un camión en panne en el túnel San Cristóbal, el lunes pasado, para que quedara en evidencia la situación que vive Santiago respecto de la congestión, donde los tiempos de viaje han aumentado un 4% el último año. Ese día, ambos incidentes originaron un megataco que terminó afectando, durante algo más de dos horas, a cuatro comunas del sector oriente de la capital.

Se trata de un problema que se repite en distintas ciudades del mundo, sin distinguir entre países ricos o pobres. Ya en 2003, el libro Congestión de tránsito, elaborado por la Unidad de Transporte de la Cepal, definía el avance de este fenómeno: “La congestión de tránsito ha ido en aumento en gran parte del mundo, desarrollado o no, y todo indica que seguirá agravándose, constituyendo un peligro cierto que se cierne sobre la calidad de vida urbana. El explosivo aumento del parque de automóviles y el indiscriminado deseo de usarlos, por razones de comodidad o estatus, especialmente en los países en desarrollo, ejercen una gran y creciente presión sobre la capacidad de las vías públicas existentes”.

Según el texto, “todo señala que debe intentarse un conjunto de acciones sobre la oferta de transporte, así como sobre la demanda, a fin de racionalizar el uso de las vías públicas”. Y eso es lo que han intentado distintas ciudades, unas con más éxito que otras. Aunque los expertos admiten que estas medidas sólo ayudan a “mitigar” la congestión, la regulación de estacionamientos y la tarificación vial aparecen como las más efectivas.

Sao Paulo: La pesadilla de los tacos kilométricos

Pese a aplicar la restricción al último dígito de la patente de los autos en horas punta desde 1997, el tráfico en la capital financiera de América Latina aún experimenta congestión severa. La alcaldía calcula que un 45% de los viajes en la ciudad se hace en vehículos privados, en gran medida por la falta de transporte público. Con 11 millones de habitantes, la megalópolis sólo cuenta con 74 km de redes de metro. Así, los paulistas dependen en gran medida de una flota de 15.000 autobuses, cuya velocidad promedia apenas 12 km/h. Por culpa de los tacos, que han llegado a medir más de 300 km, pierden un promedio de dos horas y 49 minutos diarios.

Bogota: Restricción vehicular y Transmilenio

En 1998 se aplicó por primera vez la restricción para el ingreso de automóviles a las vías de Bogotá. Una medida que 10 años después se había ampliado a 16 horas diarias. Sin embargo, el año pasado, el alcalde Gustavo Petro admitió que ese plan “ya no sirve”. “Hemos pensado en los cobros en zonas de congestión”, anunció. La alcaldía busca que las personas que trabajan en el centro dejen el auto y lo cambien por el transporte público, en especial el Sistema Integrado de Transporte Público (SITP), del cual forma parte el Transmilenio. Inaugurado en 2000, este sistema de buses -que inspiró al Transantiago- aún recibe duras críticas por su servicio.

Nueva York: Incentivo al uso de metros y trenes urbanos

El doctor en Transportes Louis de Grange destaca que Nueva York posee amplias redes de metro, además de trenes urbanos y suburbanos, los cuales reducen entre un 4% y un 6% el uso del automóvil. Con el fin de incentivar más el uso del metro y el sistema de buses públicos, en 2007 el alcalde Michael Bloomberg intentó aplicar el cobro de peajes a los conductores que entraban a la ciudad en horas de mayor congestión. Sin embargo, la iniciativa murió un año después en el Senado estatal y por el poco respaldo ciudadano. En 2011 se lanzó el programa Midtown in Motion, que tiene por objeto reducir el tráfico en el área de Midtown Manhattan.

Singapur: Los pioneros en tarificar la congestión

Para afrontar las demoras que producían los tacos en el centro de la capital, el gobierno de Singapur recurrió a William Vickrey, ganador del Premio Nobel por su investigación sobre este tema. Así nació en 1975 el proyecto de Area con Licencia (ALS), la primera experiencia de tarificación a la congestión del mundo. Un año después, el tráfico del distrito de negocios de Singapur se redujo en un 50%. El plan era parte de un paquete de medidas destinadas a reducir el uso de las vías, que incluyó altos impuestos de aduana, elevados precios por las patentes de autos y una mejora del transporte público, además de una estricta política de estacionamientos.

Londres: Más transporte público y cobro en áreas restringidas

Tomando en consideración el éxito de la medida en Singapur, Londres implementó en 2003 un sistema de peaje urbano, denominado congestion charge, según el cual los vehículos que ingresan en el centro durante los horarios peak deben pagar un abono previo. Este sistema permitió, en tres años, reducir un 21% la cantidad de vehículos que circulaban por el centro. Pero el éxito de esta medida, según el consultor de transportes Jack Opiola, se produjo en el contexto de un paquete de mejoras, que abarcó el fortalecimiento del transporte público. Londres se destaca por su red de metro que, con 400 km y 12 líneas, es una de las más extensas del mundo.

Las medidas más efectivas

“La verdad es que no existe ninguna gran ciudad en el mundo que haya resuelto exitosamente el problema de la congestión. Lo que sí hay son casos de medidas que han ayudado a mitigarla ”, explica a La Tercera Louis de Grange, doctor en Transportes y académico de la UDP. A juicio de De Grange, la regulación de estacionamientos es “probablemente la medida más efectiva a nivel mundial”, con casos donde para comprar un auto, la persona debe demostrar que dispone de un estacionamiento. Luego ubica la ampliación de las redes de metro, trenes urbanos y suburbanos y la tarificación vial, que “para ser exitosa y aceptada por la ciudadanía requiere, al menos, de un muy buen sistema de transporte público”. A ellas suma las autopistas de alta tarifa.