¿Es posible el uso de la bicicleta como medio de transporte masivo?

La semana pasada se produjo un acalorado debate a través de la prensa y las redes sociales, acerca del uso de la bicicleta y sobre la factibilidad de que sea considerada un medio de transporte masivo en la ciudad de Santiago. Esto, enmarcado en un contexto en que el usuario de la bicicleta ha debido acondicionarse a una infraestructura deficiente, a la vez que son cada vez más frecuentes los cuestionamientos respecto a los ciclistas en veredas y calzadas, aún cuando todavía no existe la suficiente infraestructura que permita la circulación adecuada de este medio de transporte.

No más argumentos en contra de la bicicleta

Uno de los argumentos que establecería la imposibilidad de usar la bicicleta como medio de transporte masivo en Santiago, es que en la actualidad los viajes destinados al ítem “trabajo” son en su mayoría intercomunales, mientras que el uso “ideal” de la bicicleta no debiera durar más de media hora, tiempo que alcanzaría sólo para personas que viven y trabajan en la misma comuna o en comunas vecinas. Evidentemente esto ocurre ante al actual panorama de ciclovías existente, donde cada una tiene una tipología y materialidad distinta, muchas de ellas hechas en maicillo y curvas, lo que retrasa el traslado de los ciclistas.

En caso de que se contara con una infraestructura eficiente acompañada de una gestión de tránsito para viajes masivos en bicicleta, que permitiera velocidades constantes de 20 kms/h -velocidad de ciclistas que usan este medio a diario-, podríamos ir desde el Paradero 14 en La Florida, hasta el centro de la comuna de Providencia en media hora!

Por otro lado, la generación de infraestructura eficiente de viajes en bicicleta, podría incrementar incluso los tiempos “ideales” de viaje de los ciclistas, ya que al circular en un pavimento liso, sin mayores obstáculos y reduciendo las detenciones, aumentaría también la resistencia de los ciclistas para circular en este medio de transporte.

Pero, ¿de dónde sacamos el espacio que necesitamos para la construcción de esta infraestructura?

Santiago no necesita más ciclovías! Necesita ciclobandas

El cambio de paradigma que necesitamos respecto a las bicicletas, no tiene que ver sólo con el uso, sino también con los conceptos que nos han acompañado hasta ahora. En varias ciudades del mundo que han tenido una exitosa gestión respecto al tema, entre ellas Medellín, Copenhague o Guangzhou, han considerado el concepto de ciclobandas para construir nueva infraestructura eficiente de bicicletas.

Las ciclobandas son pistas para bicicletas, segregadas del tránsito vehicular ya sea a través de un método de demarcación o a través de elementos que no permitan el ingreso de los autos a esta senda. Las ciclobandas están hechas a la medida de los ciclistas y a partir de los flujos y velocidades esperadas, por lo que varían según la demanda de la ruta. Esto permitiría el aumento en el volumen de traslado de ciclistas, aumento en los estándares de seguridad y en consecuencia disminución de accidentes en los que ciclistas se vean involucrados (siendo ellos los más vulnerables en términos de seguridad y legislación).

Hoy tenemos una ciudad que combate con elevados índices de congestión vehicular y además tiene importantes requerimientos de transporte público. Sin embargo, es importante considerar que la solución no pasa por disminuir los espacios peatonales o de competir con los traslados a pie que tanto favorecen las dinámicas urbanas, sino que debe incorporarse al espacio de la calle, reducir el espacio del auto en ciertas calles de flujos vehiculares bajos.

Una infraestructura de bicicletas implementada de manera correcta, mejora las condiciones de seguridad de los usuarios en la vía y de automovilistas que quedan segregados de este espacio. Además permite un uso de diversos grupos sociales, sobretodo los que no tienen acceso a un automóvil, o a quien no puede pagar el pasaje del transporte público.

Imagen vía Flickr por Claudio Olivares

Imagen vía Flickr por Claudio Olivares

Bicicleta integrada al transporte para viajes largos

Una de las desventajas que hasta ahora ha tenido la movilidad mediante este sistema, es la imposibilidad de recorrer grandes distancias en una ciudad que se caracteriza por los largos traslados desde el lugar de residencia hacia el lugar de trabajo. Sin embargo, la ventaja de la bicicleta es que no compite con otros medios de transporte. Mientras algunos discuten acerca de los BRT por sobre el Metro o viceversa, la bicicleta tiene la virtud de poder integrarse a estos sistemas de transporte que pueden abarcar mayores distancias, posibilitando una mayor diversidad de traslados en la ciudad. Metro por ejemplo, podría experimentar con la implementación de vagones especiales para bicicletas –experiencia que se ha desarrollado en ciudades como Madrid, Londres y Ciudad de México-, que no interfirieran con el transporte habitual de pasajeros.

Hoy es necesario poner en valor la bicicleta como medio de transporte y relevarla como un medio efectivo de integración urbana. Hoy en el metro de Valparaíso pueden subir bicicletas los sábados, domingos y festivos. Si bien este es un gran primer paso para la integración de un eficiente sistema masivo con un modo sustentable, es necesario incorporar en este tipo de decisiones las ventajas que puede traer en días laborales la implementación de esta medida.

Finalmente, el transporte masivo en bicicleta, es posible sólo en la medida que se genere una infraestructura que permita el aumento significativo del número de bicicletas en las calles, con ciclovías de asfalto y funcionales para traslados a velocidades medias, al mismo tiempo que se genere conciencia respecto a los beneficios urbanos, medioambientales, sociales y económicos que ésta ejerce en nuestras ciudades.