Pasajeros de regiones podrán definir qué cambios quieren para su locomoción colectiva

El estudio permitirá modificar recorridos, implementar mapas con servicios en cada zona, fijar perímetros de exclusión, e incluso cambiar el diseño de buses.

Por Manuel Valencia, El Mercurio

La brecha entre Santiago y regiones no solo se expresa en el acceso a áreas verdes, servicios, comercio y oportunidades laborales. El transporte público también refleja una amplia diferencia entre el servicio que obtienen quienes viven en la capital y el del resto del país. Por ejemplo, los buses del Transantiago tienen en promedio 4,8 años de vida, y los de regiones pueden llegar a más de 10. Esa distancia se repite en la información que reciben los usuarios: mientras en Santiago los buses cuentan con corredores, paraderos de alto estándar y hasta paneles que indican el paso del próximo bus, quien toma una micro entre Valparaíso y Viña del Mar solo debe confiar en su paciencia para tomar el servicio, con escasa certidumbre.

Romper esa desigualdad es lo que busca la nueva División de Usuarios creada por el Ministerio de Transportes. Para hacerlo, esta semana se lanzará una encuesta en La Serena, Coquimbo, Valparaíso, Viña del Mar, Concepción, Temuco, Valdivia y Puerto Montt.

Tecnología

El sondeo, que tendrá un costo de $100 millones, culminará en diciembre y busca recoger un diagnóstico que derivará en cambios sustantivos en la calidad del servicio de transporte en esas zonas. “No estamos hablando solo de conocer el número de viajes diarios o de la frecuencia de uso, sino de algo más profundo, que tiene que ver con sus expectativas respecto del servicio. Estos estudios, inéditos en regiones, nos permitirán elaborar acciones que ayuden a mejorar los indicadores de satisfacción”, explica la jefa de la División de Usuarios del Ministerio de Transportes, Isabel Palma.

Con los resultados, Transportes podrá inducir modificaciones radicales, como cambios de recorridos, definir perímetros de exclusión del transporte público, modificar servicios en cuanto a frecuencia y regularidad e, incluso, intervenir el diseño de los buses para generar viajes más cómodos.

También se podrán implementar tecnologías que hoy operan en Santiago, como la tarjeta bip!, sistemas que permiten predecir el paso del siguiente bus o algo tan elemental como mapas impresos con los servicios de la ciudad. La idea, luego, es replicar la iniciativa en Santiago, donde se podrá incluir a usuarios como los turistas, que hoy no cuentan con mapas de metro en las estaciones para moverse por la ciudad.