Carolina Tohá: “El repoblamiento de Santiago generó una comuna impersonal y agresiva”

Por Patricio Cofré A., La Tercera. (14/09/13)

La protección de barrios y la transformación del centro en una zona más amable han sido su foco en sus primeros nueve meses de gestión.

Carolina Tohá cuenta que tenía claras las exigencias que le demandaría su rol como alcaldesa de Santiago. “Pensarlo es una cosa, pero vivirlo es otra muy distinta. Ha sido muy intenso”, confiesa la edil sobre los nueve meses que han pasado desde que asumió la jefatura comunal en diciembre pasado.

El territorio de la que ella se hizo cargo ya había sumado entre 2002 y 2012, según cifras del municipio, 93.000 nuevos habitantes. Eran 308.000 personas dependiendo de ella.

Para ir acorde a ese nuevo escenario, la ex diputada y ex vocera del gobierno de Michelle Bachelet ha hecho evidente un modelo de trabajo basado en la participación ciudadana, protección de barrios, ordenamiento del casco histórico, peatonalización del centro y el uso de espacios públicos.

Otra de sus prioridades es acotar la brecha entre los sectores con mejor estándar de infraestructura urbana de la comuna -como Lastarria, Bellas Artes y Forestal- y los de menos, como Matta Sur o Franklin. “Tenemos zonas que se parecen a Vitacura y otras que son similares a las comunas más pobres de la región. Hay que cambiar eso”, dice.

Atribulada por esto, ha lanzado programas como las plazas transitorias para poner jardines y mobiliario moderno en sitios eriazos.

Sin embargo, pese a esas iniciativas y a los elogios que ha recibido de vecinos de barrios tradicionales, como Matta Sur (por haber reducido la altura máxima de construcción), también se ha ganado críticas. De vecinos y concejales como Carolina Lavín (UDI) o Felipe Alessandri (RN), por congelar la creación de nuevos estacionamientos subterráneos en el casco histórico, sobreproteger algunos sectores patrimoniales y no erradicar a artistas callejeros y comercio ambulante. ¿La más descarnada? La realización del recital de celebración de los 50 años del grupo Los Jaivas frente al Museo de Bellas Artes el 15 de agosto pasado.

Ese día, en vez de las 15.000 personas que se esperaban, llegaron 65.000, lo que no sólo trajo desórdenes al barrio, sino que dejó como saldo rayado de inmuebles, destrucción de mobiliario, 20 toneladas de basura y hasta el robo de obras desde el Museo de Arte Contemporáneo.

Tohá reconoce la gravedad de la situación. “Es el dolor más grande que hemos tenido en esta gestión. Los efectos que tuvo el concierto fueron muy elocuentes y causaron un impacto gigante. Fue una situación que nunca debió haber pasado. Un evento de esas características debe tener una previsión de público y servicios para mitigar. Eso no existió y lo que ocurrió es inadmisible e inexcusable”, asegura la edil, quien agrega que el ejemplo contrario se verá en las fondas. “Vamos a implementar medidas como cámaras de televigilancia, más iluminación y servicios básicos como baños”, comenta.

¿Qué tipo de comuna quiere llevar a la práctica? ¿Una que abra espacios públicos a todos o que los regule?

La idea es que tengamos uno del cual nos sintamos orgullosos, que sea digno. Donde todo el mundo, independiente de su bolsillo, quiera estar. Más amable, menos agresivo, más hermoso, más limpio y con una movilidad menos congestionada, menos contaminante y de más baja velocidad. Donde el patrimonio luzca, la gente lo vea y se siente orgullosa”.

A juicio de la alcaldesa, la comuna debe vivir un cambio en su fisonomía a corto plazo. “Santiago creció sin ninguna claridad del tipo de barrio que queríamos construir debido a la construcción indiscriminada de torres”, indica.

¿Qué consecuencias tuvo esa política?

Esta comuna estaba perdiendo habitantes, pero el repoblamiento generó una comuna muy agresiva y muy impersonal. No se hizo ni una mitigación, ni siquiera un par de plazas. Por eso, el espacio público no tiene ninguna calidad y dan ganas de arrancar.

¿Qué se puede hacer ahora?

Tenemos que encontrar la manera de paliar, pero con el Plan Regulador Comunal que se aprobó para Matta Sur no se podrán llevar a cabo más edificios así.

¿Van a seguir buscando bajar alturas de las torres de la comuna?

Hay barrios específicos donde vamos a bajarlas, como cerca de Franklin. Ahí vamos a establecer seccionales, es decir, fijaremos ciertas áreas patrimoniales a proteger.

Algunos concejales dicen que la protección patrimonial genera pérdida en el valor de los inmuebles y una carga para los vecinos.

Efectivamente, es una carga y en eso debemos apoyar a los vecinos. Pero que se pierda valor es una mirada cortoplacista. A la larga, los barrios consolidados y con identidad son donde la gente quiere vivir, los que la gente busca y los que subirán más de precio.

Menos autos, más caminatas

Una de las primeras polémicas que enfrentó Tohá fue la detención definitiva de la construcción de estacionamientos bajo tierra en el casco histórico para que fuera “más grato caminar”, ahí.

¿No se desincentiva la llegada de nuevas empresas u oficinas con eso?

Está comprobado, por experiencia internacional, que mientras menos congestionado sea el centro, más atractivo será. Los ejecutivos podrán dejar sus autos en el borde del casco histórico (Av. Portugal, Tucapel Jiménez, por ejemplo) y llegar en transporte público o caminando.

¿Cómo se concretará esa mejora?

Hay que generar calles semipeatonales durante el día en el casco histórico y para eso estamos trabajando con el Ministerio de Transportes. La idea es que ese modelo se implemente en todo el centro. En el resto de la comuna vamos a recibir un estudio que nos dará resultados sobre una futura implementación de reducción de velocidades. Santiago tiene que hacer una inflexión en esa línea, porque la situación actual es insostenible.