Avanza recuperación de las iglesias dañadas por el terremoto del 2010, en Región de O’Higgins

Por Camila Olmos Riveros, El Mercurio.

Proyecto contempla una inversión de $19.162 millones:

De 26 templos católicos afectados, ya fueron restaurados cuatro, siete están en proceso de ejecución y 15 serán intervenidos en 2014. Se financia con aportes del Estado y de privados.

Cae la tarde en Malloa. Con nostalgia, Eugenia Rebolledo observa el deteriorado templo de San Judas Tadeo, uno de los tantos recintos religiosos de la Región de O’Higgins que resultaron seriamente dañados como consecuencia del terremoto del 27 de febrero de 2010.

Recién cumplía dos meses como cuidadora de la casa parroquial, emplazada a un costado de la iglesia -donde ella vive-, cuando se produjo el sismo. “La destrucción fue terrible. La fachada y el interior de la parroquia, al igual que las casas aledañas, quedaron con un deterioro tremendo”, señala al recordar lo ocurrido esa madrugada.

Después de eso, y por más de tres años -agrega- los oficios religiosos se han celebrado en una carpa, a metros del siniestrado lugar. El párroco ha tenido que ingeniárselas cada 28 de mes -dedicado a San Judas Tadeo- para atender a los fieles que llegan desde distintas comunas a agradecer los milagros concedidos por el santo.

El de Malloa es uno de los 26 recintos de culto católicos de la Sexta Región que, tras ser dañados por el terremoto, fueron incorporados al proyecto de Recuperación de la Infraestructura Local Zona Centro Sur, impulsado por la Subsecretaria de Desarrollo Regional (Subdere) y el gobierno regional de O’Higgins.

En la inversión de $19.162 millones que requiere el proyecto, también hay aportes del Consejo de la Cultura y las Artes, del Ministerio de Obras Públicas y de privados.

Según el ministro Secretario General de la Presidencia, Cristián Larroulet -nexo entre el Gobierno y la Iglesia-, la región de O’Higgins lidera la reconstrucción de templos católicos en el país. “Es la que más proyectos ha logrado concretar en esta área. El desafío es consolidar no sólo la restauración física, sino también la recuperación social de las comunidades afectadas. En este contexto, recuperar iglesias adquiere una especial atención. Para nosotros, tiene la mayor relevancia”, afirmó.

Avances en templos

A la fecha se han recuperado cuatro templos: el santuario Santa Rosa de Pelequén, que cada 30 de agosto recibe a miles de peregrinos que acuden a venerar a santa Rosa de Lima; la iglesia San Pedro de Alcántara, de Paredones -monumento nacional desde 1972-; la parroquia de la Santa Cruz de Tinguiririca -de característico estilo colonial, con capacidad para 400 personas-, y la iglesia de Nuestra Señora del Rosario La Torina, de Pichidegua, que fue diseñada por el arquitecto italiano Joaquín Toesca, quien construyó el palacio de La Moneda, los tajamares del Mapocho y las catedrales de Santiago y de Concepción.

Siete obras se encuentran en plena etapa de reconstrucción. Una de ellas es el templo de San José del Carmen, al interior de la hacienda El Huique, en Palmilla. Se trata de un conjunto arquitectónico declarado monumento nacional en 1971, que comenzó a ser recuperado en septiembre de 2012. Se contempla la restauración total del pórtico y de la torre del campanario, de 23 metros de altura.

En Quinta de Tilcoco se reconstruye la iglesia de Nuestra Señora del Rosario de Guacarhue, templo que data de 1778 y tiene el reconocimiento de monumento nacional. A raíz del terremoto del 27-F su estructura colapsó en el 80%. Se trabaja en la recuperación de la nave central, del campanario y de la capilla de hombres. Además se pavimentará e iluminará la aledaña plaza de los Tilos.

También hay obras en ejecución en el templo San Antonio de Padua (Chépica), parroquia San Francisco Javier (Peralillo), iglesia Nuestra Señora del Carmen (El Olivar), Nuestra Señora de las Nieves (Paredones) y la parroquia San Juan Evangelista (San Vicente de Tagua-Tagua).

En el 2014 se restaurarán otros 15 templos. Entre ellos, la parroquia San Andrés de Ciruelos, de Pichilemu, donde el primer cardenal chileno, José María Caro, se desempeñó como asistente del párroco local.