El camino de Barcelona para bajar en un 30% la circulación de autos

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Cerca de medio millón de euros. Eso es lo que deberá pagar Barcelona a la Comisión Europea por no cumplir la normativa de calidad del aire. Dado que este año la contaminación de la ciudad se generó en un 70% por el tráfico, las medidas por revertir la situación consiguieron la urgencia entre las autoridades.

Estos últimos meses, el Ayuntamiento de Barcelona ha estado trabajando en la elaboración del nuevo Plan de Movilidad Urbana (PMU) 2013-2018. Uno de sus objetivos más audaces es la reducción -de aquí a cinco años- del 30% de la circulación del automóvil privado. Para lograrlo, las medidas no apuestan tanto por las prohibiciones, sino más por los incentivos al uso del transporte público y a las facilidades para los peatones y ciclistas. En otras palabras, el PMU busca aumentar la eficiencia de una movilidad urbana que a su vez contribuya a la seguridad y a la mejora de la calidad del medio ambiente.

Para el desarrollo de iniciativas como ésta, el Ayuntamiento cuenta con el Pacto por la Movilidad desde su creación en 1998, y que está compuesto por diversos grupos de trabajo (representantes de la administración local, de asociaciones y de actores ciudadanos) que tienen la tarea de analizar los diferentes escenarios establecidos en el diagnóstico y elaborar propuestas concretas basadas en el consenso.

Como la primera fase de diagnóstico ya está finalizada, en septiembre próximo se espera que el Pacto por la Movilidad analice las directrices sugeridas por el Ayuntamiento. Luego de que se llegue a consenso, se realizará la evaluación ambiental para determinar los posibles efectos de estas medidas.

Para desarrollar el Plan de Movilidad Urbana se tomaron como base los índices del año 2011. En ese entonces, los vehículos privados motorizados concentraban el 26,7% de los traslados durante un día en Barcelona. El objetivo fijado para el 2018 es que pasen a representar un 30,4% menos, es decir, un 18,6%. Por su parte, los viajes que se hacen a pie deberían aumentar del 31,9% al 35,4%; los viajes en transporte público, del 39,9% al 43%; y en bicicleta, del 1,5% al 3%.

Las medidas propuestas según tipo de transporte

1) En el caso del automóvil, se pretende fomentar el uso compartido, ya sea a través del car sharing (usuarios que van en el mismo auto pero en horarios distintos) o del car pooling (vehículos compartidos por distintas personas al mismo tiempo). Asimismo, se propuso la extensión de las vías segregadas tanto para buses como para los vehículos con varios pasajeros o los que se consideren ecológicos.

Otras de las medidas que buscan incentivar medios de transporte alternativos al auto son: pacificar las calles, cumplir parámetros normativos de calidad ambiental, aplicar nuevas tecnologías que entreguen información en tiempo real sobre el estado del tráfico y el estacionamiento, reducir las víctimas del tráfico y aumentar el espacio vial destinado a los peatones.

2) En cuanto al transporte público, el gran desafío es la consolidación de la red de buses de TMB instalada recién a fines de 2012. Otra idea del Ayuntamiento es la tarjeta para transporte público T-Mobilitat. La gracia es que puede tajustar la tarifa al uso que se haga. Es decir, mientras más viajes, más barato.

3) En cuanto a los peatones, el plan apuesta por la ampliación de las veredas y la modificación de la ordenanza para poner en valor al peatón. También, actuando en los puntos en que haya inseguridad vial y crear una red de itinerarios a pie.

4) Por último, para las bicicletas se plantea mejorar la red de ciclovías, las zonas de tráfico lento y los puntos donde ocurren más accidentes. Además, se propuso aumentar los estacionamientos en las calle, adecuar el transporte público al tránsito de las bicicletas y mejorar la eficiencia del Bicing, el sistema público de bicicletas de Barcelona.

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