Piden más infraestructura y regulación vial para los ciclistas

Por Manuel Valencia, El Mercurio.

Por efectos del Transantiago, la congestión, un estilo de vida saludable o simple moda. En los últimos años, el uso de la bicicleta ha experimentado un alza sostenida en las calles de Santiago. Si en 2010 se estimaba que un 3% de los viajes totales que se realizan a diario en la capital se hacían en bicicleta, en el Gobierno esperan que en la nueva Encuesta Origen Destino (EOD) del próximo año, la tasa aumente considerablemente.

Pero este auge ha propiciado un conflicto urbano que la actual Ley de Tránsito no contempla acabadamente, de acuerdo al experto en transporte de la UDP, Louis de Grange. “La normativa es difusa. No se puede sacar patente ni licencia para circular en bicicleta y tampoco la Ley de Tránsito establece multas claras a las infracciones que causan”. Por ello -agrega- los crecientes atropellos causados por ciclistas a peatones en las veredas no encuentran sanciones para los infractores.

El encargado de infraestructura ciclovial de la Secretaría de Planificación (Sectra), Rodrigo Henríquez, dice que “el problema de fondo es la falta de una mayor cultura vial y de que cada uno de los usuarios de las vías respete al resto, independientemente de cómo se movilicen”.

Según estadísticas de la Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito (Conaset), entre 2002 y 2011 se registraron 39.977 accidentes viales con participación de bicicletas, que dejaron 1.561 muertos y 39.307 lesionados.

La secretaria ejecutiva de la entidad, María Francisca Yáñez, afirma que “lo fundamental para un tránsito seguro en bicicleta es cumplir con el uso permanente del casco, además de usar reflectantes y prender las luces en horarios de baja visibilidad. Se debe revisar que la bicicleta funcione correctamente, además de transitar con precaución, prefiriendo calles con ciclovías”.

Para el académico de la UC y experto en este modo de transporte José Ignacio Molina, la situación refleja la falta de voluntad política para dotar a las ciudades de infraestructura para las bicicletas. “Enfrentado a la misma situación, países europeos optaron por construir ciclovías para controlar a las bicicletas que disputaban espacio vial con automóviles y peatones. Acá se podría reasignar parte del espacio que gozan los autos. En una calle donde estacionan 20 autos, podrían pasar más de 100 o 200 ciclistas”, afirma.