Experto de Harvard plantea construir más edificios en Santiago y subir peajes ante tacos

Por Marco Gutiérrez y Nicolás Marticorena, El Mercurio

Edward Glaeser, especialista en temas urbanos, expondrá el viernes en seminario de la CChC:

El economista apoya la densificación de la ciudad a través de viviendas en altura y afirma que las barreras a la construcción desembocan en precios más elevados. También analiza las congestiones en carreteras.

Fortalecer el crecimiento de Santiago a través de la construcción de edificios de vivienda y elevar el cobro de peajes en carreteras cuando el flujo vehicular aumente más de lo habitual.

Esos son algunos de los planteamientos del profesor de economía de la U. de Harvard y experto en urbanismo, Edward Glaeser, quien expondrá este viernes en un seminario -en Club Manquehue- organizado por la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) en el marco de la Semana Inmobiliaria.

-En nuestro país, específicamente en Santiago, se ha discutido sobre la escasez de terrenos para desarrollar nuevas viviendas, y eso explicaría parte del alza de los precios de éstas. ¿Cómo se resuelve eso?

“Santiago tiene una dificultad geográfica, aunque lo mismo ocurre en la isla de Manhattan. Una clave es asegurar levantar edificios más altos que ofrecen más espacio utilizable por hectárea. Esto no significa subsidios, sino sólo políticas de uso del suelo para cumplir con una densidad”.

“Edificios más altos por lo general no serán extremadamente asequibles, ya que suele ser más barato construir bajo que construir alto, y ello no es una solución para dar hogares a los chilenos de estratos sociales pobres. Pero dando más habitación para chilenos de ingresos medios, a través de esta construcción, debería hacer las viviendas más costeables para los chilenos más pobres también”.

-El Gobierno busca aprobar la ampliación del Plan Regulador de la Región Metropolitana que añadiría 10 mil nuevas hectáreas urbanas a la ciudad. ¿Eso podría ser una solución a la escasez de suelo?

“No he pasado mucho tiempo revisando ese plan. Pero ciertamente apoyo la idea del crecimiento de Santiago. Esta ciudad es el centro económico de Chile, su productividad impulsa a todo el país. Haciendo posible que más chilenos vengan a vivir en la capital es, sin duda, una parte importante del camino de Chile hacia una mayor riqueza e innovación económica”.

“Un Santiago ampliado podría desempeñar un papel en América del Sur, similar al jugado por Singapur en Asia, es decir, un conector global importante para la región”.

-En el centro de Santiago, las nuevas normas apuntan a reducir la altura de construcción de edificios. ¿Cuál es su visión?

“Soy en general fuertemente contrario a las reducciones de altura. Edificios más pequeños pueden conducir a una mayor conexión entre los residentes y la calle, lo cual puede mejorar la seguridad en la calle. Los edificios más pequeños permiten que entre más luz”.

“Pero creo que esas ventajas se ven empequeñecidas por las desventajas de restringir artificialmente las alturas. Barreras para la construcción mantienen los precios altos. Esto impide que las personas puedan disfrutar de las ventajas económicas y sociales de la vida en Santiago.

“Los rascacielos son un arma contra la dispersión, en contra de la contaminación y la congestión que provienen de la conducción (de vehículos). Hay que tener mucho cuidado antes de adoptar controles de altura que detengan a las ciudades de alcanzar su potencial”.

-Por ejemplo, las personas podrían vivir más cerca de los centros laborales y evitar grandes tiempos de traslado.

“Es una de las ventajas de la altura. Esto permite a la gente vivir en edificios de gran altura lo suficientemente cerca, quizás a poca distancia, de sus puestos de trabajo. Esa es una gran manera de reducir la congestión”.

-Las autopistas urbanas en Santiago sufren tacos en horas punta y las interurbanas colapsan en feriados largos. ¿Las personas deben acostumbrarse a eso o el Estado y los concesionarios viales deben mejorar la infraestructura?

“La inversión es buena siempre y cuando se financie por los usuarios. Si los conductores están dispuestos a pagar, en forma de peajes más elevados, por mejores caminos, entonces eso significa que más infraestructura debe ser permitida. Chile ha sido pionero de asociaciones público-privadas. Es un buen modelo, especialmente cuando se da en un transporte financiado por usuarios, donde es menos probable que existan inversiones imprudentes”.

“Una mejor manera de manejar el uso máximo es asegurar el incremento de los peajes en los períodos cuando la demanda de carreteras es más extrema. Esto tenderá a permitir que nunca el tráfico abrume las carreteras”.

-El parque automotor chileno ha crecido fuertemente en los últimos años y las ventas de vehículos nuevos están en niveles récord. ¿Cree que esto es una respuesta a la mala oferta de transporte público?

“Muchos países, como China, también han visto aumentos dramáticos en el tamaño de las flotas de automóviles y no es de extrañar que la gente le guste los vehículos”.

“Es importante que Chile tenga un autobús eficiente para ayudar a los ciudadanos más pobres, pero eso no va a eliminar la demanda creciente de autos en un país rico. No hay nada malo con la gente que conduce, siempre y cuando paguen por los costos sociales de la contaminación y la congestión que generan”.

“El metro es popular, pero muy caro de operar y construir. Eso no detendrá la explosiva tenencia de automóviles, lo que debe ser manejado con determinados cargos sobre los vehículos”.

“Los conductores deben enfrentar el dolor de precios de combustible más altos, porque esto inducirá a tomar las medidas adecuadas y limitará los viajes”.

Costos

El especialista comentó que no se debe “demonizar” el uso del automóvil, pero sí que los conductores asuman los costos de la congestión y la contaminación.

Metro

El académico de Harvard señaló que Chile debe mantener su sistema de Metro, pero indicó que los autobuses son un medio más eficaz en cuanto a costos de transportes.

Subsidio

El urbanista rechazó la implementación de subsidios para mitigar el alza de los combustibles.