Voladura de techo y filtraciones obligan a cerrar iglesia de Carelmapu

Monumento Nacional presentaba ya serios daños:

Feligreses temen que colapse antes de que se concrete la restauración de emergencia anunciada hace un año. El proyecto está en proceso de licitación.

Por Soledad Neira, El Mercurio.

“Está convertida en una piscina. Ahora estoy cesante”, dice atribulado, pero tratando de mantener el buen humor, el padre Juan Martínez, párroco de Nuestra Señora de la Candelaria de Carelmapu, en la Región de Los Lagos.

El templo -que data del siglo XIX y es Monumento Nacional desde 1993- fue cerrado por la voladura de más de 40 latas oxidadas del techo, lo que causó diversas filtraciones, tras el temporal que el fin de semana afectó a la zona sur.

“La iglesia debiera estar cerrada hace tiempo. Yo no dejaría que entrara nadie. Se sostiene porque Dios es grande”, dice la arquitecta Amaya Irarrázaval, quien por más de 17 años intentó restaurar el templo, aunque el proyecto no fructificó por problemas administrativos.

“En vigilia hemos estado”, asegura el párroco, quien decidió cerrarlo cuando el peligro ya era inminente. Los daños de la edificación obligaron a poner puntales de fierro en el lado sur. “Para que no se desplomara, porque estaba a punto de caer”, afirma el sacerdote.

En su interior, la torre está sujeta por dos troncos. El problema es que los palos están podridos y el sitio contaminado por deposiciones de palomas.

El sacerdote asegura que ha pedido ayuda. “Incluso he pensado que sería más seguro que la derribaran y la construyeran entera de nuevo (…). Así como está, realmente es un peligro para toda la comunidad”, añade.

En agosto de 2011, la Subsecretaría de Desarrollo Regional comprometió fondos de emergencia para estabilizar la iglesia e impedir su colapso. Pero los $200 millones recién se asignaron este mes para que los licite el Consejo de Monumentos Nacionales. Las bases especifican un plazo de 180 días para las obras de estabilización y el 29 de agosto como fecha para la recepción de los proyectos, por $155 millones.

Pero la comunidad se siente abandonada. Hace cuatro siglos que veneran la imagen de Nuestra Señora de la Candelaria. Tras un maremoto, la Virgen estuvo en Chacao y en 1643, luego de un ataque pirata que quemó la iglesia de Carelmapu, los devotos decidieron esconderla.

Cada 1° de febrero, la imagen es paseada por el pueblo con sus característicos vestidos amarillos, cargando en los brazos al Niño. Los pescadores y buzos de la caleta la llevan en procesión por el mar junto a San Pedro. La fiesta reúne a 10 mil personas, aunque en ocasiones han llegado hasta 30 mil.

Por toda su historia, y luego de más de cuatro años de cierre forzoso, este verano el templo se habilitó con planchas de terciado estructural en el piso y muros. Pese al peligro, se celebró la tradicional fiesta.

Y aunque muchos lugareños critican a Irarrázaval por “haberse llevado el proyecto”, la profesional asegura que trabajó casi 14 años ad honorem y que siempre pensó que ejecutaría la restauración.

El problema es que en la licitación se objetó que no tuviera oficina en la zona, por lo que ella decidió que el MOP debía pagar por su trabajo si lo quería.

Hoy, sin embargo, se muestra abierta a que pueda ser ejecutado por la Fundación de Amigos de las Iglesias de Chiloé “porque ellos tienen todo para hacerlo y ésta es una iglesia de la Escuela Chilota de Carpintería”, recalca.

La arquitecta asegura que los $200 millones para la estabilización del templo son insuficientes y advierte que la última vez que se valorizó la restauración, hace 4 años, el monto se acercaba a los $900 millones.