Edificio de la Bolsa de Valpo. enfrenta un incierto destino

Directorio podría trasladar las instalaciones a Viña del Mar:

Está subutilizado, pero un proyecto para modernizar sus instalaciones fue rechazado por el Consejo de Monumentos Nacionales.

Por Hernán Cisternas Arellano, El Mercurio.

La Bolsa de Comercio de Valparaíso, uno de los edificios más característicos del sector financiero del puerto, está subutilizado y las ideas para reactivarlo han chocado con las normas establecidas para la zona declarada Patrimonio de la Humanidad.

Allí nacieron poderosas empresas y se concretaron importantes negocios salitreros, mineros e industriales al amparo de la primera bolsa de corretajes y valores que tuvo el país, una de las más antiguas de Latinoamérica. Sin embargo, actualmente el edificio construido por el arquitecto Carlos Claussen, que sobresale por su esquina curva, su estilo clásico francés y su cúpula, inaugurado en marzo de 1915, casi no tienen moradores. Su centenaria y característica rueda está sin uso, porque las transacciones se hacen por medios electrónicos. De los 10 corredores que operan en la bolsa del puerto, sólo uno de ellos mantiene oficinas en el inmueble. El resto se fue a Viña del Mar, donde tienen oficinas más modernas.

Más de la mitad del edificio de cinco pisos y un subterráneo ubicado en la esquina de las calles Prat y Urriola se encuentra desocupado. Sus dependencias son arrendadas por contadores y abogados. Incluso como bodega.

Diseñado con los conceptos machistas del siglo XX, el edificio no tiene baños para mujeres.

Renovación y rescate

El gerente general de la Bolsa de Corredores y Bolsa de Valores de Valparaíso, Arie Gelfenstein, indicó que el directorio propuso un proyecto para renovar el edificio y adecuarlo a los actuales tiempos. La idea era duplicar sus actuales 5.500 m {+2} útiles y llegar a los 10.000 m {+2} .

Sin afectar su estructura, se proponía utilizar el espacio perdido sobre la cúpula de la rueda de transacciones. Además, aumentar la edificación en dos pisos, de acuerdo a las alturas permitidas para el casco histórico. Las obras permitirían oficinas de mayor superficie, acorde a los requerimientos de los corredores; salas para conferencias, un anfiteatro y un café o restaurante de nivel ejecutivo en el ruedo, conservando su arquitectura actual, para la realización de reuniones sociales y de negocios.

El proyecto presentado en 2007 fue rechazado por el Consejo de Monumentos Nacionales por tratarse de un edificio ubicado en el área protegida reconocida por la Unesco. “El inmueble, tal como está, no nos sirve como bolsa. Lo que queremos es hacer una renovación, que requiere cambios. Sin embargo, no nos permiten ni siquiera botar un muro interior” dice Gelfenstein.

Ante el rechazo, el directorio maneja dos opciones. Dejar Valparaíso y trasladarse a Viña, como lo han hecho los corredores, o esperar mayor flexibilidad de las autoridades y así poder contar con superficies adecuadas a los requerimientos actuales.

“Sería una pena que el puerto perdiera la única bolsa que existe a nivel regional y una de las pocas instituciones tradicionales que le va quedando”, comenta Gelfenstein.

En la Bolsa de Valparaíso insistirán ante el Consejo de Monumentos Nacional y esperan mayor flexibilidad. Aseguran que el edificio conservaría su estructura histórica, pero con una adecuación interna de primera calidad.

La era del trueque en la Plaza Sotomayor

Los orígenes de la bolsa se remontan a 1845. Comenzó en lo que hoy se conoce como Plaza Sotomayor, en el segundo piso de un inmueble que se ubicaba donde ahora está el monumento a los Héroes de Iquique. Era una bolsa de trueque, ya que no existían los títulos financieros. Con la inmigración de europeos se inicia la transacción de papeles de modo informal en la calle. En 1880 nace la Bolsa de Corredores, que en 1905 dio paso a la Bolsa de Valparaíso.

La remodelación del edificio devolvería a la Bolsa de Valparaíso su rol de emblema en el sector financiero del puerto.