Teatro Circus OK cierra sus puertas y remata su mobiliario en septiembre

El 27 de julio fue la última función de Terrícolas en la sala que Coco Legrand inauguró en 1990.

Por Evelyn Briceño, La Tercera.

El pasado 27 de julio fue la última noche que el comediante Coco Legrand actuó en su teatro Circus OK. Han pasado 22 años desde que abrió sus puertas por primera vez en este barrio bohemio de Providencia. “A fines de los 80, buscaba un lugar céntrico para ofrecer mis espectáculos. Elegí este sector, porque aquí estaba el teatro Providencia, el actual Nescafé de las Artes. El terreno que compré estaba absolutamente vacío y construí todo desde cero”, dice el comediante sobre el espacio que demoró tres años en edificar en Av. Providencia con Manuel Montt.

En el teatro presentó con éxito obras como Al diablo con todo, Los coquitos dicen y Terrícolas, corruptos pero organizados. Y fue esta última la que lo acompañó a bajar el telón para que en noviembre pueda ser demolido junto a otros tres locales de la cuadra: el restaurante El Parrón, la pizzería Spiazzo y el café Da Roncallo.

En los 3.600 m2 que quedarán libres, la inmobiliaria Desa construirá un edificio de oficinas de 21 pisos.

En la Municipalidad de Providencia señalan que aún no se firma el decreto de edificación, pero que es un trámite que está pronto a salir.

Pese a que el teatro fue vendido a mediados del año pasado, sólo hace 10 días se celebró la última obra. “Al final, Coco se sacó la máscara y habló del esfuerzo que le significó construir el lugar. Se emocionó mucho, la gente aplaudió y lo vitoreó”, cuenta Karen López, una de las 300 personas que acudieron a la última función del teatro.

El embalaje del Circus OK partió esta semana y a mediados del próximo mes se hará un remate para subastar las 400 butacas del teatro, el mobiliario de oficina y los sistemas de aire acondicionado. Las fotos de sus actuaciones, las gaviotas de plata y de oro, los diplomas y los pósters se los quedará él. “Hay muchos elementos que se irán conmigo por el gran cariño que les tengo”, dice el comediante, que ya mandó a grabar videos y tomar fotografías del espacio que desaparecerá.

Para otras cosas también hay destino definido. Por ejemplo, las máscaras de la tragedia y la comedia que recibían al público -y que pertenecieron al antiguo Teatro Opera, donde Legrand hizo sus primeras armas junto a la compañía Bim Bam Bum- serán para un amigo: “Se las voy a regalar a Carlos Cardoen, para que las ponga en su museo”, cuenta Legrand.

Nuevos planes

Apenas termine el remate, el humorista y su staff encabezarán otro proyecto: una sala multipropósito y un museo de la motocicleta, para el cual ya tiene una colección que alcanza entre 40 y 50 ejemplares de dos ruedas, que hoy decoran el teatro y que serán trasladados a una bodega.

Legrand explica que hay varias alternativas para ejecutar esta idea, desde hacerlo en un mall o en un casino, hasta adquirir o arrendar una propiedad. “Queremos que la sala sea un espacio capaz de recibir a 600 personas y cuando el espectáculo incluya gastronomía, a 400 invitados. Tal como funciona el Lido en París”.

Los otros locales

Hoy, los otros recintos como El Parrón y el Spiazzo lucen completamente cerrados y desmantelados por dentro. Mientras el primero cerró sus puertas el 30 de diciembre de 2011 -sin despedidas ni previo aviso después de 76 años de funcionamiento- la pizzería lo hizo en marzo de este año.

Sólo la cafetería Da Roncallo sigue atendiendo normalmente. “No tenenos fecha exacta aún de cierre, pero ese día llegará”, dicen en el local.