La verdad detrás de las “estaciones fantasma” del Metro de Santiago

Empresa las calificó como infraestructura disponible para nuevos proyectos:

En cinco puntos de la capital hay obras que fueron consideradas en los trazados y que finalmente no se ocuparon.

Por Francisco J. Fuentes, El Mercurio.

Se pueden tejer tantas historias como habitantes residen en sus alrededores. Que no se hicieron porque un alcalde se enojó con los vecinos, que la empresa se equivocó en el trazado y hasta que a la compañía no le gusta trasladar adultos mayores son algunas de las explicaciones en torno a las denominadas “estaciones fantasma” del Metro.

Lo cierto es que la red del ferrocarril urbano cuenta con algunas obras proyectadas, iniciadas y hasta construidas. Se trata de cinco puntos que alguna vez fueron considerados en el recorrido, pero que luego se dejaron a la espera de nuevos proyectos.

“Hoy Metro de Santiago no cuenta con estaciones fantasmas. Lo que existe es infraestructura en obra gruesa que se dejó proyectada por si a futuro la potencial demanda justifica la inversión y construcción de estaciones en esos puntos”, comentó Fernando Rivas, director de Comunicaciones de Metro.

Así, en medio del extenso listado con más de 35 nombres de estaciones “que nunca fueron” y que pululan en internet, aparecen casos como “Libertad”, nombre extraoficial con que se conoce a la infraestructura compuesta por accesos, mezanina y hasta andenes, en Catedral con Libertad, en el barrio Yungay.

En ese punto, donde hoy existen dos plazas duras, que fueron enrejadas para evitar el acceso al subsuelo, habló Rosario Carvajal, del movimiento Defendamos Yungay, quien dijo que se realizaron hasta censos informales para “demostrarle a la empresa Metro que aquí hay mucho público que no está dispuesto a caminar hasta Cumming o Quinta Normal. Pero parece que ellos no quieren trasladar a tanto adulto mayor del sector porque su tarifa es rebajada”, aseguró.

De hecho, al recorrer el trayecto de Cumming al poniente se puede ver al costado derecho del túnel un muro temporal instalado para tapar la rampa de acceso al andén.

Lo mismo ocurre en torno a Echeverría, ubicada en la Línea 4 en La Cisterna, entre la estación del mismo nombre y San Ramón, que cuenta con la obra gruesa de andenes y accesos. “La pasarela peatonal que cruza la autopista Vespucio Sur ubicada por sobre la estación iba a ser parte de la estructura de la estación”, afirmó José López, antiguo residente del sector.

Según Metro, ambas estaciones aguardan hasta cuando “la demanda justifique su operación”. Así al menos ocurrió con la estación San José de la Estrella, que desde la construcción de la Línea 4 a Puente Alto contaba con los cimientos e ingeniería, pero sólo se inauguró en 2009.

Un caso que no encaja en esta proyección es la estación Don Bosco, en Gran Avenida con Ramón Carvallo, la que por encontrarse a no más de tres cuadras de Lo Ovalle, probablemente jamás podrá recibir público. Ahí, frente a un terreno semiabandonado, que fue enrejado al mismo estilo que Libertad, Patricio Cáceres asegura que “habían dicho que sería estación tan pronto abrieran el servicio al sur (La Cisterna), pero parece que el sitio lo compraron sólo para colgar carteles de ‘se vende'”.

Otro caso: Puente Cal y Canto, espacio sin uso, pero bien cuidado que se ubica junto al tercer subsuelo del reconocido centro cultural Estación Mapocho. Ahí, Metro reconoce que “existe un túnel construido, el que se utilizará para la conexión de pasajeros entre las líneas 2 y 3”.

Pero quizás el más desconocido es el túnel de Baquedano. Ahí, según un ex ingeniero de Metro, se había proyectado el túnel de la Línea 5, “pero cuando a fines de los 80 el trazado cambió, quedó en desuso, hasta que en esta década se volvió a abrir como vía peatonal a la Línea 1”.

35 estaciones fantasma del Metro figuran en los listados que aparecen en internet.