La pregunta equivocada: ¿Usted, quiere Mall?

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Por Carolina Katz, Arquitecto, Magister en Gestión Urbana

En los últimos meses, hemos sido testigos de discusiones polarizadas sobre lo que dicen los expertos urbanos y lo que quiere la gente para su ciudad. Tanto para en el caso del mall de Castro como para el del Costanera Center, muchos han querido devaluar la opinión de los expertos (arquitectos y urbanistas entre otros) con argumentos que nos demuestran que los habitantes quieren lo contrario. La prueba: ya varios han visitado el mall Costanera Center y los ciudadanos de Castro en un plebiscito local votaron sí al mall.

¡Queridos colegas tenemos un problema!


Como arquitecto urbanista, este hecho me preocupa enormemente pues significa que algo estamos haciendo mal, por ende, es urgente pensemos porque se produce.

Propongo hagamos un juego de roles; primero seré ciudadano, habitante de Castro. “Aquí, llueve todos los días, hace frío y cada vez que quiero comprar algo tengo muchas menos opciones de precio y calidad que mis amigos del continente. Muy por el contrario tengo que resignarme a unas tiendas pasadas de moda y más encima termino todo mojado…un desastre. ¿Quiero un mall techado, calentito, lleno de cosas entretenidas que comprar y comer? SI, si quiero”. Ahora, juguemos que soy experto urbanista, “opinilogo del continente” y veo como la linda postal de Castro, lugar turístico, patrimonial y encantador se ve triturada por la masa desmedida y descuidada de un mall. “¿Quiero un mall de esa magnitud y volumetría en Castro? NO, no quiero.”

¡Habitante y experto, ambos tienen razón!

Y es que el problema no está en la incapacidad de entendernos unos a otros, el problema está en las preguntas equivocadas del tipo “si o no” que obligan a polarizar las posturas. Así, unos y otros parecemos de distintos bandos, y lo peor, excluímos todas las variadas y constructivas posibilidades de los puntos de encuentros entre unos y otros. En Castro (al igual que muchos otros plebiscitos), la pregunta está radicalmente equivocada y llevará a una solución también errada para la ciudad. No sería más inteligente preguntar CÓMO quieren los habitantes de Castro que sea su mall.

La participación ciudadana, política cada vez más usada en otras ciudades del mundo, nos permite en un trabajo conjunto entre habitantes, expertos y autoridades llegar a una solución consensuada que pueda responder de modo adecuado a todos los involucrados, a sus necesidades y anhelos. Ésta es un proceso, no sólo una pregunta. Un trabajo que necesita tiempo, donde todos explicitan sus posturas, dialogan y llegan a un consenso sobre lo qué quieren y cómo lo quieren. Un dialogo donde las posturas no se excluyen, se suman en busca de un bien común al corto y largo plazo. Así, Castro si podría tener un mall para que sus habitantes paseen y compren cómoda y competitivamente. A los expertos, autoridades y arquitectos, les tocaría entonces, buscar la manera de idear una alternativa de escala e imagen adecuada al paisaje chilote. Buenas e innovadoras soluciones, hay, no pongo en duda nuestra capacidad creadora, que no atenten contra el patrimonio de la comunidad chilota, permitiéndoles seguir generando recursos por medio del turismo y estar orgullosos de su ciudad. Final de la historia: ¡Todos felices!

Segundo ejemplo para seguir jugando: vivo o trabajo en Providencia, el comercio se ha venido abajo y las posibilidades de compra son mucho menores que las de otras comunas de Santiago…”¿Quiero un mall en mi barrio? Si, si quiero. ¿Voy a ir al mall recién inaugurado? Si, obvio que voy a ir.” Pero, atención, no perdamos el punto, ninguna de estas afirmaciones, implica que como habitante esté de acuerdo con romper un barrio. Los habitantes están diciendo si al qué (mall o más y mejor comercio) no al cómo. Es más, los habitantes no tuvimos ni una sola oportunidad de opinar sobre el cómo.

Al igual que en el caso de Castro, en Providencia, ciertamente, se podía mejorar la competitividad del comercio con un espacio agradable de paseo y compra. No obstante, para lograrlo no era necesario construir esa mole y sus enormes torres, irruptora del paisaje, aplastante para todo lo que la rodea tanto desde el punto de vista comercial como formal. Por el contrario, una solución consensuada, equilibrada fruto de un adecuado proceso de participación ciudadana, hubiese puesto de acuerdo a habitantes, autoridades y urbanistas (todos ellos también ciudadanos), para poder descubrir entre todos, una mejor solución, una que sepa responder a cómo puede y queremos sea un mall en Providencia.

Los invito a seguir jugando a los diferentes roles ahora desde nuestras posiciones reales de habitante, de autoridad, de experto, y, a pensar que SI nos podemos entender. Dejemos atrás las preguntas equivocadas que sólo excluyen un sinnúmero de opciones valiosas para nuestras ciudades y que no evalúan la real opinión de los habitantes, que les aseguro, es mucho más compleja y enriquecedora. Nuestras ciudades no sólo lo merecen, lo necesitan.