Urbanismo y Poder: Actores Locales y su Percepción Compartida de la Ciudad

Imagen vía Flickr por Luis Toporowicz

Por Diego Ábalos, Estudiante Arquitectura UC

Desde sus inicios, las ciudades al igual que las sociedades a las que acogen han estado sometidas a constantes transformaciones. Hoy en día estas mutaciones en las metrópolis se producen principalmente debido a factores políticos, sociales o económicos. Estos mismos factores que conducen el desarrollo de las ciudades, corresponden a decisiones y percepciones sobre la misma. En este sentido es correcto afirmar que cada uno de estos factores es producido por actores que tienen intereses distintos con respecto a la ciudad. Es decir las decisiones que se justifican bajo justificaciones económicas, no siempre tienen relación con disposiciones políticas. Mucho menos con lo que busca la comunidad como sociedad. Tampoco es correcto afirmar que los factores económicos están estrechamente ligados a agentes privados. Muchas decisiones políticas, tienen detrás correspondencias económicas como también pueden tenerlo exigencias de grupos sociales organizados. Esta cruza entre actores, factores y decisiones en la actualidad modifican las ciudades en las que vivimos a una velocidad nunca antes vista.

En la actualidad, según el profesor y director del Instituto Francés de Urbanismo Alain Bourdin, existen dos posturas de como la Ciudad contemporánea pretende ser abordada y planeada. Por un lado existe el Modelo Clásico, aquel modelo de ciudad donde actúan e influyen los factores locales y donde las decisiones por lo general tienen un sustento en voluntades políticas por sobre las económicas, y donde las voluntades políticas tienen estrecha relación con las voluntades de la Sociedad. Por otro lado, existe un Modelo Emergente en el cual no hay una verdadera sociedad local y los actores políticos ya no son los reguladores de lo que ocurre en la ciudad. En este contexto los actores locales son igual de importantes que los actores externos, que se entienden por multinacionales y grupos de inmigrantes, por lo que tiene relación con un mundo más globalizado.1

Este ensayo pretende demostrar la necesidad de mantener, reforzar y modificar el Modelo Clásico de desarrollo urbano por sobre el nuevo Modelo Emergente, el cual presenta un riesgo enorme para la sociedad al ver afectada su autonomía local y tradición además de quedar sometida a capitales externos que no siempre tienen una intención benigna sobre los habitantes de la ciudad.

El caso de dos ciudades: Curitiba (Brasil) y Medellín (Colombia).

En el caso de Brasil, la organización de la ciudad bajo un Modelo Clásico, es decir una planificación dictada principalmente por actores políticos que poseen la autoridad necesaria para direccionar el cómo crece y se desarrolla la ciudad, no postula únicamente proyectos urbanos con con gran énfasis en aspectos físico-espaciales como Sao Paulo, Rio de Janeiro o Brasilia. La dimensión y complejidad de las Ciudades dan paso a una Planificación Urbana más contemporánea. Es decir; hablar de un modelo clásico no es lo mismo que hablar de un modelo anticuado u obsoleto.

El caso de Curitiba, en el sur de Brasil es un claro ejemplo de una ciudad que logra un desarrollo urbano ejemplar, con un sistema de transporte urbano que se ha convertido en referente a nivel mundial.

El Plan Director es un instrumento de control urbano adoptado por las grandes ciudades de Brasil a partir de la década de los ‘70 que responde a un vertiginoso crecimiento de la población urbana. Consiste básicamente en un conjunto de leyes y normas que pretenden abarcar todos los aspectos de la vida urbana y dar las directrices a seguir en cuanto a la ciudad. De esta forma pasan a desaparecer los proyectos globalizantes que trataban estos temas muy insustancialmente.2

La ciudad de Curitiba, logro mediante el Plan Director y un instituto específico creado para su ejecución, el Instituto de Investigación y Planificación Urbana de Curitiba (IPPUC) uno de los mayores estándares en cuanto a Planificación Urbana en el mundo, dándole a la ciudad una reconocida calidad de vida.

Otro caso de ejemplo de desarrollo urbano exitoso es el de Medellín. En este caso se debe principalmente a un ímpetu impulsado por un movimiento político (apoyado de los actores sociales) llamado Movimiento Compromiso Ciudadano surgido en 1999 y que finalmente cambiará la cara de una ciudad considerada hasta ese momento como extremadamente peligrosa. Este movimiento lograra su objetivo a través de un modelo de gestión pública y transformación urbana reconocido como Modelo Medellín de Buen Gobierno y Desarrollo Social Integral, el cual impulsará el desarrollo de la ciudad a través de conceptos claves en un Urbanismo Social como son la vida, el pluralismo, la deliberación pública, la participación, la transparencia, la responsabilidad, el bien común y el interés público, y la solidaridad en un marco institucional sólido.3

El movimiento logro su objetivo, alejando los fantasmas de una ciudad sumida en la corrupción y los problemas del narcotráfico mediante su plan de reconocimiento del capital humano. Es decir la necesidad de reorientar el desarrollo de la ciudad y la región, teniendo como eje central el ser humano y su bienestar, y no sólo el crecimiento económico. Se podría pensar que con este modelo, los aspectos económicos quedan relegados, pero Medellín es un ejemplo de que los actores de la ciudad no son excluyentes. En la última década Medellín se ha convertido en un importante centro de negocios al conjugar numerosas empresas en el primer Clúster de Colombia (aglomeración de empresas o industrias que permiten un desarrollo en paralelo), además de transformarse en un creciente centro cultural con una importante red de bibliotecas, centros de educación y fondos para desarrollo e investigación.

El caso de Chile

El Modelo Clásico de urbanismo planteado por Bourdin no tiene únicamente respuestas beneficiosas para la ciudad. Ciertamente cuando los factores políticos son los determinantes en una ciudad, pueden aparecer molestias burocráticas para el desarrollo urbano, o intereses económicos que terminen por empañar las reales voluntades de la sociedad.

Un ejemplo cercano es el polémico Mall de Castro en el sur del país. Por otro lado el Mall Costanera Center en la comuna de Providencia ejemplifica los efectos nocivos de un desarrollo urbano deficiente.

El caso del Costanera Center podría atribuirse a un ejemplo de Modelo Emergente si se analiza su concepción a nivel general, a pesar de que sus capitales no son en su mayoría extranjeros, si posee las características donde el mundo político ya no es el gran regulador y donde se busca una imagen ya no asociada a un primer mundo si no a una forma globalmente aceptada de retail. A pesar de las numerosas exigencias que se le han puesto al mall más grande de Sudamérica, este sigue su construcción y su inminente apertura sin entregar soluciones concretas a los problemas generados y sin conceder un beneficio social mayor, más que el solapado discurso de los numerosos empleos que planea aportar.

En el caso del Mall de Castro, se da cuenta de una mala práctica de los actores políticos y las voluntades sociales, los cuales muchas veces se ven empañadas por la presurosa promesa de desarrollo y equipamiento. Es por esta razón que se entiende que el Modelo Clásico de urbanismo tiene que ser pulido y mejorado, antes de ser remplazado.

Si bien estamos en una instancia en la que la globalización y la instantaneidad de las comunicaciones generan cambios en la ciudad cada vez más rápidos, no debemos apresurarnos en juzgar y remplazar un modelo de ciudad que ha probado ser exitoso si se aborda con responsabilidad. Si bien ambos modelos prueban tener como objetivo una mejor ciudad, y donde el éxito de ésta radica en una cooperación no excluyente entre los actores, los distintos lenguajes y percepciones de estos actores sobre la ciudad son las que finalmente generan las trabas y problemas para un desarrollo viable. En este sentido cabe tener en cuenta las necesidades y voluntades de la sociedad que reside en la ciudad y no imponerles un modelo ajeno y dominado por poderes económicos donde el gran riesgo es la perdida de identidad local.

  1. BOURDIN, Alan. Los Actores que hacen la Ciudad: Nuevas Tendencias. [en línea]: Institut Pour la Ville en Mouvement, 2011. [Fecha de consulta: 11 de mayo de 2012]. Disponible en: www.ciudadenmovimiento.org/index.php?option=com_content&view=article&id=91:los-actores-que-hacen-la-ciudad-nuevas-tendencias-bourdin&catid=13:biblioteca&Itemid=18 []
  2. Unión Iberoamericana de Municipalistas, en cooperación con la Unión Europea. Sistematización de la Experiencia Plan de Movilidad Urbana – Curitiba, Brasil [En línea] Urb-al, oficina de Coordinación y Orientación. 2011. [Fecha de consulta: 12 de mayo de 2012]. Disponible en: http://www.urb-al3.eu/uploads/urbsocialdocumentos/estudio_de_caso_curitiba.pdf []
  3. QUINCHÍA, Suly. Discurso, Ideología y Poder en la producción de Ciudad: Un Acercamiento a la práctica Discursiva del Urbanismo Social en la Ciudad de Medellín, 2004-2011.

    [en línea] Facultad de Arquitectura, Universidad Nacional de Colombia. 2011. [Fecha de consulta: 12 de Mayo de 2012]. Disponible en: www.bdigital.unal.edu.co/5350/1/43593760.2011.pdf []