Consideraciones para las ciudades chilenas rumbo a la Copa América 2015

Estadio Nacional de Chile, remodelado. Via bancoimagenes.cl

Luego de que  se confirmara que Chile será el organizador de la Copa América 2015, los más fanáticos ya se habrán imaginado celebrando en primera fila un gol de la Selección. Pero lo cierto es que la realización de un certamen como éste -más allá del fútbol- tiene importantes implicancias a nivel económico, social y urbano. ¿Qué antecedentes deberíamos tener en cuenta, entonces, para que las ciudades chilenas que acojan a la Copa aprovechen esta oportunidad y no fracasen en el intento?

Antofagasta, La Serena, Coquimbo, Valparaíso, Viña del Mar, Santiago, Concepción y Temuco son las candidatas a ser sedes del torneo de selecciones más antiguo del mundo. Si bien la noticia fue confirmada hace poco, nuestro país se viene preparando desde el año pasado, con la creación del Ministerio de Deportes y el lanzamiento del Plan Chileestadios, el cual cuenta con una inversión de 75 millones de dólares para -entre otras cosas- remodelar siete estadios de fútbol profesional, entre los que destaca el Estadio Nacional.

En el plano económico, cuando un evento deportivo de tales características resulta exitoso, es un negocio redondo para varias industrias. Por dar un ejemplo reciente, en la Copa América de 2011, Argentina ganó alrededor de mil millones de dólares (US$500 mill más que Venezuela 2007) provenientes de los siguientes mercados: 476 millones del turismo, gastronomía, y transporte; 160 de derechos televisivos, 140 de marketing, 89 de construcción y remodelación de estadios, 60 de Sponsors, 30 de venta de entradas y 20 de merchandising.

Sin embargo, también existen experiencias nefastas como la de Grecia, de la cual se plantea que parte importante de su actual crisis económica fue producto del endeudamiento tras los Juegos Olímpicos de 2004.

¿Qué puede marcar la diferencia entre que Chile salga airoso o perjudicado tras la Copa América?

Hinchas de Colo-Colo reprimidos por Fuerzas Especiales de Carabineros

Para el sociólogo español Manuel García, “sería demasiado ingenuo creer que mediante la organización del espacio es posible, por ejemplo, llegar a controlar a un colectivo” (Manual de la Sociología del Deporte, 1998). Este pensamiento da cuenta de que el éxito de la Copa América en nuestro país no depende solo de una moderna insfraestructura o de grandes inversiones; estar conscientes del comportamiento de nuestra sociedad es clave en este aspecto. Recordemos, por ejemplo, lo que ocurrió en octubre de 2011, luego de que el municipio de Las Condes no autorizara que los hinchas de Colo-Colo llegaran a la comuna para ver a su equipo jugar contra la UC, en el estadio San Carlos de Apoquindo. Este hecho enrostró a los capitalinos la división geográfica y socio-económica que se encuentra latente en la ciudad.

Si bien los aspectos ecónomicos y sociales son importantes, el lugar físico donde se realizan el sinnúmero de actividades que se desprenden de un evento que prácticamente involucra al país entero, es digno de analizar, y con tiempo, pues las ciudades podrían verse afectadas en los cambios de plano urbano, construcciones, población flotante, tráfico, etc.

Estadio Camp Nou fue sede de los JJ.OO, Barcelona 1992

Al respecto, podemos mencionar a Barcelona como un buen ejemplo de planificación. Frente a los Juegos Olímpicos, antes de realizar cualquier cambio se pensó en lo que era la ciudad; su identidad, principalmente, y desde allí, Jordi Borja en ‘Urbanismo en el siglo veintiuno’, describe el proceso: “los puntos de partida fueron claros: remodelar la ciudad aprovechando sus propias cualidades y recuperando los escasos espacios libres existentes; apostar por el hecho singular de los Juegos Olímpicos de 1992 como motor de la renovación de la ciudad; entender Barcelona como motor de un laboratorio urbano entendido como proyecto (…)“.

El profesor y escritor inglés, John Bale, definió a los estadios como las “catedrales modernas”, pues en ellos se convoca a la mayor cantidad de ciudadanos cada cierto tiempo, quienes participan de este “ritual” en que se ha convertido el fútbol. Esta expresión, además, se condice con el hecho de que el estadio es un espacio público, que pertenece tanto a la ciudad como a los ciudadanos. En ocasiones, el fútbol genera un impacto tan grande en la sociedad que llega a reflejarse en las calles de determinados barrios, donde -al menos en Chile- podemos encontrar postes pintados de Azul y Rojo, para identificar el territorio de los hinchas de la U. De Chile, y de Blanco y Negro, el de Colo-Colo.

En hechos recientes, el presidente de la ANFP, Sergio Jadue, anunció la creación de un comité organizador local para la selección final de las ciudades que serán sedes de la Copa, a la vez que hizo un llamado directo al plan de construcciún de estadios llevado a cabo por el gobierno, pues considera que se requiere de mayor infraestructura para más capacidad de público.

http://www.plataformaurbana.cl/archive/2011/06/03/parque-del-estadio-nacional-tendra-una-laguna-restaurantes-y-cafes/