“Espacio compartido”: ciudades sin señales de tránsito


"Espacio Compartido" en Haren, Holanda. Vía ebikespace.com

Cruzar una calle o avenida no siempre es tan fácil en algunas ciudades: a los peatones, ciclistas y automovilistas se les enseña a mirar a ambos lados, estar siempre atentos y con la vista y el oído puestos en la vía, pues más vale ser precavidos ante un conductor imprudente. En otras palabras, estar a la defensiva parece ser la consigna. Sin embargo, el modelo del “Espacio Compartido” (“Shared Space“) apuesta por un cambio en el diseño urbano que busca que el tráfico se integre a las actividades humanas y no quede aisladas de éstas, como generalmente ocurre. El proyecto de “Espacio Compartido” nació en 2004 y fue financiado en parte por la Unión Europea, para ser implementado en Alemania, Bélgica, Dinamarca,  Holanda e Inglaterra.

Hace diez años en Makkinga, Holanda, se reorganizó la mayor parte de las calles y veredas, por lo quese sacó la señalética. Terminado el proceso, el municipio se dio cuenta de que los habitantes habían vivido bien sin ellas. Entonces, preguntaron a Hans Monderman, un conocido especialista en gestión de tráfico, quien recomendó a las autoridades no volver a poner la señalética. Según el diario ABC, este ingeniero fallecido en 2008 y principal propulsor del “Espacio Compartido”, decía: “Se trata de que la gente interactúe de forma natural en el pueblo; usted no necesita poner señales de tráfico en una fiesta de cumpleaños, ¿verdad que no?“. Uno de los trabajos emblemáticos de Monderman es la transformación de un cruce de cinco calles en Oosterwolde, Holanda, en una plaza pública por donde circulan tranquilamente peatones, ciclistas y conductores. El pavimento rojo es una característica de todos los diseños, y que destaca los límites del “Espacio Compartido”.

Ejemplo de "Espacio Compartido" hecho por Hans Monderman en Holanda. Vía dgt.es

Pese a lo atractivo que pueda parecer el modelo, la duda sobre si es seguro un lugar tan transitado y carente de señalética, surge con frecuencia. En su defensa, en 2007 se realizó la Conferencia Walk21, para exponer un estudio basado en la experiencia que este modelo había tenido en los Países Bajos, entre los años 1998 y 2001. Algunas de las conclusiones obtenidas del estudio “Espacio Compartido: ¿Seguro o peligroso? Una contribución a la objetivación de una filosofía popular del diseño“, fueron: “Los accidentes han disminuido sustancialmente, sin embargo, las colisiones menores persisten” y “En velocidades bajas la gente tiene más tiempo para la comunicación e interpretación de las expresiones verbales y no verbales”.

Por otra parte, un estudio realizado por la Universidad Politécnica de Madrid en 2008 sobre accidentes en las ciudades que habían implementado el modelo del “Espacio Compartido”, arrojaron que “En algunos casos, como Olderberkoop, Donkerbroek y Drachten, se observa una clara reducción en los accidentes con heridos. Esta circunstancia es coherente con la generalizada reducción de velocidades de los vehículos que parece acompañar a estos proyectos y que haría los accidentes menos graves” (ver gráfico).

La filosofía que subyace tras el “Espacio Compartido” promulga la convicción de que un espacio libre de regulaciones incita a un comportamiento  responsable de cada usuario, y en consecuencia, puede resultar más eficaz en términos de seguridad y de calidad urbana del lugar, que la señalética convencional.

Diseño urbano del "Espacio Compartido". Vía 21stcenturystreet.org

Algunas medidas del “Espacio Compartido” son:

– Un diseño cuidadoso que modifica los espacios y hace visible su función social y urbana, mediante la utilización de pavimentos, mobiliario y jardinería especialmente seleccionados. Se espera que esto confiera al lugar la imagen de un espacio social relevante y multiuso.

– La supresión de la señalización convencional, es decir, de las marcas viales en el pavimento, de los letreros (por ejemplo, de limitaciones de velocidad, prohibiciones de estacionamiento, etc.), de los semáforos, entre otras.

– La desaparición de vallas u otros similares, y el establecimiento de todos los usuarios en una única plataforma, continua e ininterrumpida, sin desniveles.

Sin embargo, estas medidas por sí solas no bastan, pues se hace fundamental una actitud más bien de atención y respeto por el camino de los otros transeúntes y conductores. En este sentido, la West Windsor Bycicle and Pedestrian Alliance, una organizacióncon el objetivo de hacer una comunidad más segura para los ciclistas y peatones de todas las edades, dice apoyar el concepto del “Espacio Compartido”, pero reconoce que “todos los usuarios de las carreteras debe contar con orientación sutil en cuanto a la posición preferida en el espacio. Los ciclistas deben ser alentados a permanecer fuera del camino de la apertura de puertas de los coches (la “zona de la puerta”), como mediante el uso de un color especial o patrón de pavimento para guiar a donde ir”.

Antes y Después del "Esapcio Compartido" de la calle principal de Haren (20 mil hab.), Holanda. Vía dgt.es

Para ver mejor cómo funciona este sistema mediante un video, hacer clic aquí.